Si bien actualmente se producen en el mundo cerca de 100 000 millones de prendas al año, la industria de la moda representa sólo el 60 % de la actividad de este sector a nivel mundial. El textil del hogar (sábanas, toallas, mantas, alfombras, cortinas, …) representa el 25 % y el textil técnico (airbags, cuerdas, velas de barco, redes de pesca, filtros, telas asfálticas…) supone un 15 % (en Europa este sector llega hasta el 40 %).
En los últimos 15 años la producción mundial de prendas se ha duplicado pero, cuando nos desprendemos de ellas, las hemos utilizado un 36 % menos de veces. Es decir, cada vez consumimos más ropa, pero la usamos menos. Se calcula que sólo nos ponemos el 40% de la ropa que tenemos en nuestros armarios, que cada vez están más apretados. Esto en buena medida se debe al modelo del fast-fashion que consiste en renovar las colecciones de los escaparates cada tres semanas, para crear una falsa sensación de obsolescencia que incentiva un hiperconsumo insostenible.
Esta estrategia tiende, además, a frivolizar el valor real de los productos textiles y los agentes implicados en la larga cadena de valor de este sector industrial. Los precios bajos y las políticas de descuentos sólo contribuyen a remachar el clavo.
Más residuos
Una de las consecuencias de toda esta problemática es el incremento de la generación de residuos. Hoy en día se calcula que en España se tiran 900 000 toneladas al año de productos textiles a los vertederos. La recogida de ropa de segunda mano por parte de varias ONG en los contenedores naranja no llega ni al 10% del total de residuos generados.
Se acercan, sin embargo, cambios normativos que aumentarán muy notablemente la magnitud de la problemática de la gestión de residuos textiles.
- África ya ha avisado de que no aceptará la importación de más ropa de segunda mano de Europa.
- Francia ya ha prohibido la incineración de los excedentes de ropa de las colecciones de grandes marcas y esto llegará pronto a España.
- El Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos prevé alcanzar el 50 % de preparación para la reutilización de residuos y el reciclado en 2020.
- El 1 de enero de 2025 España está obligada a implementar la recogida selectiva de residuos textiles en la acera.
- Por normativa europea, el 1 de enero del 2030 no se podrá tirar a los vertederos ningún residuo que se pueda reutilizar y/o reciclar.
Esto significa que una gran cantidad de residuos textiles que antes se exportaban, se quemaban y/o iban a los vertederos ahora no lo harán. ¿Qué haremos con esta avalancha de residuos textiles?
Tenemos grandes retos tecnológicos que resolver sobre el reciclado mecánico de textiles, como la eliminación previa de cremalleras, botones, etc., y la tecnología de separación por tipo de mezclas de fibras en plantas de selección todavía no está suficientemente bien resuelta. Todo el mundo habla del reciclaje químico (separación de fibras por disolución) pero a estas alturas los proyectos no pasan de pequeñas plantas piloto sin ninguna información sobre los costes y su impacto ambiental.
Falta mucha investigación tanto sobre las técnicas de reciclado como de todo del producto final que se puede llegar a producir con estos materiales con la lógica de la economía circular.
Finalmente, ¿qué límites prácticos tiene tanto el reciclado mecánico como el químico? ¿Qué haremos cuando tengamos que reciclar el textil que ya ha sido previamente reciclado? ¿Cuántas veces se puede reciclar la fibra de poliéster de un tejido?
Se acercan importantes cambios normativos, retos de investigación y grandes oportunidades de negocio en el sector textil para afrontar la gestión de sus residuos desde la lógica de la sostenibilidad.
Una versión de este artículo se publicó en el blog del Centro de Innovación y Tecnología de la Universitat Politècnica de Catalunya (CIT UPC).
Enric Carrera i Gallissà, Director del Instituto de Investigación Textil y Cooperación Industrial de Terrassa (INTEXTER). UPC, Universitat Politècnica de Catalunya – BarcelonaTech
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.