Un día, hablando con algunos amigos, comentamos que a Curro le saludaban hasta lo adoquines de la calle Mayor… He paseado muchas veces con él por el centro, como tantos otros amigos, y todos podemos corroborar cómo, uno tras otro, se acercaban a él muchos de los viandantes para agradecerle algo, para pedirle algo o simplemente para demostrarle su admiración. Si hoy en día podemos vanagloriarnos de una Alcalá moderna y universitaria, a él se lo debemos. Presumía, y con razón, de haber firmado uno de los documentos más importantes de la reciente historia de la ciudad: el convenio multidepartamental que permitía el desarrollo de la universidad con la entrega de varios edificios municipales para uso universitario, en 1985.
He tenido el honor de presentar sus libros en varias ocasiones, y de organizar con él varios ciclos de conferencias sobre Cervantes, Cisneros y la cultura de Alcalá en el Corral de Comedias de Alcalá. Nunca he podido contar todo lo que ha hecho por la ciudad porque sus libros, sus estudios, sus actividades políticas y culturales necesitarían una conferencia entera para poder solamente enumerarlos.
Si alguien siente Alcalá, es Curro; si alguien vive Alcalá, es Curro. Cada rincón, cada personaje, cada historia cobraban en su palabra nueva vida, los del presente y los del pasado. De una anécdota de un amigo que pasaba por la calle, se iba a Rodrigo de Cervantes, de quien ha dejado en el tintero el proyecto de una biografía. ¡Cómo le llorará toda la familia de Cervantes! Su libro “Los Cervantes de Alcalá” es un espléndido repaso a la vinculación vital de esta familia con la Ciudad. Cervantes ha seguido viviendo entre los alcalaínos gracias a Curro… y Curro seguirá viviendo entre nosotros gracias a Cervantes. Mañana se saludarán ambos al pie de la estatua de la plaza y se dirán: “Vaya, parece que hemos dejado esto bastante mejor de cómo lo encontramos”. Si Cervantes es un motor cultural de la ciudad, Curro es la dinamo.
Y se acercará a ellos Cisneros, el otro gran “amor” de Curro, diciendo: Sí, sí vosotros habéis dejado la huella en la historia pero, si miráis bien, las piedras de la universidad son mías. Y Curro se rendirá ante la imagen de Cisneros. En la parte de atrás del Corral, donde nadie le podía ver, Cisneros se emocionó cuando escuchó la espléndida conferencia de Curro sobre su obra. Como él, ha pasado del barro de la vida al mármol de la inmortalidad: En luteam olim celebra marmoream.
Cisneros, Cervantes, el emperador Fernando, Catalina de Aragón… siguen viviendo en la pluma de Curro y sus biografías marcan la historia de Alcalá. Hoy tenemos que añadir la suya a la de estos personajes. Un hito más, un recuerdo más, un punto más en la siempre rica historia de Alcalá.
Aquellos son inmortales… Curro también.
Mientras pasea la calle
le saludan las miradas
de mil personas que tienen
su recuerdo y la nostalgia
de un alcalde que ha dejado
huellas de encanto y de gracia.
No hay rincón que no le diga
ni existe ninguna plaza
que no tenga entre sus piedras
un pedazo de su alma.
Lleva Alcalá entre sus venas,
por ella van sus mañanas
marcando con sus historias
historias de sueño y magia.
Y Cervantes le saluda
cuando pasa por su casa
y en su honor levanta siempre
con mucho orgullo la espada.
Cisneros le mira lleno
de la nobleza más alta
porque sabe que ha vivido
futuros en sus palabras
Y el emperador Fernando,
Y Catalina, la dama,
reina de las Inglaterras
y reina donde las haya,
viven en esta ciudad
porque es aquí donde guardan
el recuerdo que ha quedado,
el valor y la esperanza.
Caballero de las nubes,
señor de sueños y lanzas,
fue capaz de hacer del aire
la cúpula de las Juanas.
Levanta piedras y muros
para que la historia valga
el presente y el futuro
y haga la vida más ancha.
Don Arsenio Lope Huerta,
ya luces inmortal llama,
para que todos tus sueños
se cumplan con tu palabra.
Paco Peña