Como todos sabemos el Ayuntamiento ha comenzado el proceso de redacción de un nuevo PGOU para sustituir al vigente que data de 1991. Por ello a lo largo de los años 2017 y 2018, con la anterior corporación, se inició la fase de información urbanística y diagnóstico que se denominó PREAVANCE para analizar la situación urbanística y fijar los problemas, futuros desarrollos y necesidades a las que es necesario dar respuesta. En ese proceso se implicó a todos los ciudadanos con una fuerte propaganda institucional en los medios locales, y podemos afirmar que los ciudadanos en líneas generales cumplimos.
La participación ciudadana se concretó de una manera abierta a todos los vecinos, asociaciones, sindicatos, partidos políticos y demás. Se realizaron Mesas de Trabajo Sectoriales y Mesas de Trabajo Vecinales donde se iban desarrollando las explicaciones de los técnicos y recogiendo en cada sesión las propuestas, sugerencias y reflexiones de la ciudadanía.
También se realizó un cuestionario online desde la página web del Ayuntamiento sobre el modelo de ciudad que soñábamos; se recogieron hasta 200 aportaciones. Igualmente, en varias Sesiones Vecinales se recogieron 58 fichas de propuestas ciudadanas sobre intervenciones urbanísticas en espacios concretos o problemáticos. Con la última Mesa Vecinal del 4 de octubre de 2018 concluyó esta primera fase.
En junio de 2019 se produjo un cambio en el gobierno local y un año después nos enteramos por los medios de que un Pleno Municipal aprobó realizar la Exposición Pública del Avance en septiembre por un periodo de 60 días, en el que se pudo hacer sugerencias, esta vez oficiales, según dice la Ley. Hasta entonces, pasados casi dos años, no tuvimos información de qué ha pasado con las propuestas ciudadanas trabajadas.
UN AVANCE DE PGOU NO PARTICIPADO NI DIFUNDIDO
Todo apunta a que el proceso de participación abierto no solo no ha continuado, sino que ha sido abandonado, dejando en un limbo todas las conclusiones a las que se llegó en el Preavance y que, al menos las más importantes, no hemos visto recogidas en este Avance sin saber por qué. Por ejemplo, hubo un rechazo mayoritario a urbanizar la zona C de la Zepa y sin embargo el Avance lo sigue contemplando a pesar de que está en contra de la Constitución y las normas europeas.
Un PGOU es un proceso complicado, que se presenta a la ciudadanía con un lenguaje muy técnico, farragoso, difícil de digerir. Con una inmensa cantidad de datos que no todos entendemos, de ahí que el Ayuntamiento esté obligado a garantizar la transparencia, la difusión y su divulgación entre todos los vecinos. ¿Cree el Ayuntamiento que ha cumplido con estos requisitos? Posiblemente así lo crea, pero ha faltado más pedagogía por su parte en este proceso, como lo demuestra la ausencia de técnicos de urbanismo en la Exposición presencial que se hizo en la Quinta de Cervantes, que ha pasado sin pena ni gloria ante el desconocimiento general de la población.
DETENER EL PROCESO Y ABRIR UNO NUEVO
Desde nuestra Asociación Vecinal EL VAL creemos en la importancia de la participación ciudadana en la toma de decisiones, máxime cuando se trata de algo tan determinante para la ciudad y para quienes vivimos en ella. A fin de cuentas, somos los vecinos y vecinas los que viviremos las consecuencias de la planificación urbanística, los problemas de movilidad y las carencias en los barrios. Y esta ha sido nuestra fundamental sugerencia: detener el proceso y abrir uno nuevo en que ciudadanos y entidades de todo tipo volvamos a ser escuchados. Ya tenemos experiencia de las barbaridades que se han cometido en estos temas en los últimos cuarenta años y quisiéramos dejar en herencia una ciudad mejor planificada y con más calidad de vida.