La historiadora alcalaína María Jesús Vázquez Madruga nos desvela algunos secretos de Alcalá de Henares
El convento de la Madre de Dios, hoy Museo Arqueológico (foto superior):
Muchos clamaron al cielo –yo incluida- cuando se tapiaron las ventanas y se eliminaron las verjas de la que fue iglesia del convento de dominicos. Sigo pensando que no era necesario, muchos museos de primera fila conservan sus ventanas con sus rejas sin perjuicio de las piezas que exponen.
Pero ¿De cuándo eran esas ventanas y rejas? En el siglo XIX, tras la desmortización, el convento es abandonado y como no lo compra nadie, finalmente se dedica a Audiencia con sus calabozos y todo. Así que hacen obras para ese uso, especialmente en la que fue iglesia del convento, cuya altura dio para dos espaciosas plantas y una gran escalera con entrada por la calle de Santiago. Porque la entrada original estuvo en la Plaza de las Bernardas (foto inferior), justo donde suelen colocar los cartelones publicitarios del Museo y la imagen de Ntra. Señora se cedió a las Juanas, que ya estaban instaladas en san Nicolás de Tolentino en la calle de Santiago, donde podemos verla.
En 1882 se adjudican las obras de apertura de ventanas -7 de ellas a Félix Altés- y justo ese año se permite la demolición de la cúpula porque consideraron que era más caro repararla.
El caso es que cuando se eliminan las rejas, éstas ya tenían más de cien años, o sea, eran históricas, pero da igual. Corre el rumor de que están guardadas, ¿Todas? Ejem!
Y no hace tanto, cuando remodelaron la Casa de los Lizana en la calle Victoria –que no de la Victoria- (foto superior puerta) para concejalía, desaparecieron todas las rejas antiguas menos una ¿Quién se las llevó? ¿Dónde habrán ido a parar? Seguro que al estercolero no. En su lugar pusieron esas tan ridículas que podemos ver hoy.
También el antiguo convento de Mínimos de Nuestra Señora de la Victoria, hoy facultad de Económicas y Empresariales (foto superior Google Street), fue desamortizado y no comprado por particulares. Así que se lo quedó el ejército, o sea, el Estado y poco después, en 1847, se abre el Hospital Militar. Entre 1841 y 1847, fue cuartel, casa de refugio e imprenta y en el siglo XX también farmacia militar, que muchos conocimos, antes de convertirse en facultad con esa espantosa, pantagruélica, horrorosa…construcción de arquitectos y autoridades insensibles al arte y la tradición.