Rubén Pozo dedica a La Luna de Alcalá esta canción en acústico.
Por Saúl Quijada
Se destetó con Buenas Noches Rose, arañó el cielo con Pereza y ahora navega en solitario con dos diamantes en sus brazos; “Lo que más” y “En Marcha”. Dos discos muy distintos, con el mismo rollo y con una seña de identidad clara; el sonido Rubén Pozo. Canciones rockeras, llenas de sentimiento y con un halo de magia que han llevado a Rubén del uno al otro confín. Hoy, vuelve a brindar porque de nuevo puede decir que está en marcha.
– ¿Qué ha cambiado en la vida de Rubén Pozo entre “Lo que más” y “En Marcha”?
– Tengo un disco nuevo en solitario y así a grandes rasgos lo que ha cambiado es que tengo doce nuevas canciones y un repertorio más amplio. Cada vez me cuesta más elegir las canciones pero como los buenos entrenadores intento que todas las canciones tengan su minuto de gloria.
– A la hora de hacer el repertorio, ¿elige las canciones que le apetecen o las que quiere escuchar el público?
– Cuando es evidente que una canción se quiere escuchar la incluyo. También tengo mi parcelita donde toco las canciones que me apetece y las doy un poco de cancha. Al final, trato de tocar las canciones que nos gustan al público y a mí.
– ¿Está contento por la forma en la que el disco va llamando a las puertas de la gente?
– Sí, mucho. Mi disco es como yo y va a su rollo. Camina poco a poco, pero noto que la gente le va pillando el punto después del susto inicial del “ola k ase”.
– ¿”En Marcha” es más intenso que “Lo que más”?
– Esto no lo he dicho nunca pero “En Marcha”, en un primer momento se iba a llamar “Humor del negro”, pero lo cambié en el último momento. Es una concesión de la que me arrepiento un poco porque era un título que definía el tono de las canciones. No es un humor algodón de azúcar sino que es muy cabrón conmigo y con el resto del mundo. No sé si es más intenso o no, pero intento que las canciones sean redondas y se sostengan. Sinceramente, creo que “Lo que más” es mi último disco de Pereza porque son canciones que de alguna manera iban destinadas a un próximo disco de la banda. Al final, mi primer disco en solitario es “En Marcha”.
“Lo que más” es mi último disco de Pereza”
– ¿Cuál de sus dos discos en solitario cuenta más historias y cuál tiene más poesía?
– Buena pregunta tío. No creo que tenga que funcionar más ni ser más efectiva una historia autobiográfica. Lo que triunfa es la verdad y ser honesto en las canciones. Sabina tiene una canción que se llama “Pacto entre Caballeros” en la que cuenta como tres tíos van a robarle pero como le reconocen al final se van de juerga con él y no le atracan. Una vez en una entrevista le preguntaron a Joaquín si la historia era real y respondió, “¿si no es real va a dejar de gustarte la canción?”. Yo lo apuntalo al 100%. Si tengo que mentir lo haré porque, en este caso, el fin justifica los medios.
– ¿En quién se apoya a la hora de la composición?
– Se las enseño a los amigos que vienen a casa. Siempre que terminas una canción piensas que es la mejor y tienes ganas de enseñarla. Es como la emoción de un recién nacido; no dejo de querer a las otras canciones pero la última es la que se lleva la celebración.
– Tonto de tanto rock and roll fue compuesta en una tarde. Es un tipo de canción urgente y enérgica que recuerda a Manager, ¿siempre necesita una canción de este estilo?
– ¡Claro! La cabra tira al monte. Yo sigo a mi corazón y a mi pálpito y al final es lo que me sale. Estoy muy cómodo haciendo rock and rolles y se me da bien.
– ¿Cuál es la última historia que le ha dejado en jaque?-
– No recuerdo muy bien. En el caso de acordarme no lo contaría porque si cuento la historia se contamina y al final se tuerce. La energía que tienes de contar algo y darle el mimo necesario para formar una canción parece que se pierde si lo cuento antes. Ahora mismo toco mucho, he escrito dos o tres canciones muy seguidas pero llevo un mes a verlas venir. Yo siento que me estoy llenando de algo pero no sé cuando lo voy a volcar.
– ¿En qué momento alcanza el sentido de responsabilidad en la música?
– Con 13 años cuando afiné una guitarra española que había en casa de mi madre y empecé a sacar cosas de oído. Hay cosas que me encantan pero lo que siento por la música no es comparable a nada. Yo me acuerdo de suspender exámenes y decir; “lo mío es la canción. Ahora no os dais cuenta pero ya veréis dentro de unos años”.
– ¿Hasta qué disco de toda su carrera la cosa fue más chunga de lo que la gente piensa?
Con Buenas Noches Rose viví mi primer adelanto editorial y conseguí un millón de pesetas de la época que eso era una pasada. Cuando terminó esa etapa trabajé pintando carreteras, en el Telepizza, de aprendiz lamparero…Hice de todo. Con Pereza, al final del segundo disco, “Algo para Cantar”, ya empecé a pensar que podía llegar a pagar el piso bien. A partir de “Animales” la cosa funcionó muy bien y, por suerte, tuvimos un respiro.
“Siento que me estoy llenando de algo pero no sé cuando lo voy a volcar”
– Hablaba de algunos trabajos que realizó, pero ¿qué recuerda del verano como socorrista en Alcalá?
– No me acuerdo del nombre de una urbanización. Fue un verano en el que suplí a un amigo que se marchó de vacaciones. Yo nado bien pero con mi cuerpo de escándalo había gente que me preguntaba, ¿tú nos vas a salvar? Me lo pasé muy bien.
– ¿Cuáles son los planes de futuro de Rubén Pozo?
– El viernes estaré en Madrid en la sala But, luego viene Valencia y Málaga. De cara al 2016 voy a hacer una gira yo solo a voz y guitarra. Me enamora ese formato y, hoy por hoy, pienso que soy mejor yo solo que con la banda. Me están saliendo unos conciertos muy interesantes y además la respuesta del público es maravillosa. Estoy en el mejor momento de mi carrera porque es cuando más estoy transmitiendo y disfrutando. Lo digo con toda la humildad porque es lo que siento y creo.