«La momia» de San Diego de Alcalá volvió a exhibirse en la Catedral en su festividad: sólo se hace una vez al año

«La momia» de San Diego de Alcalá volvió a exhibirse en la Catedral en su festividad: sólo se hace una vez al año

El cuerpo del santo con fama de milagroso solo se expone una vez al año, cada 13 de noviembre

El pasado jueves 13 de noviembre la Catedral de Alcalá de Henares expuso, como es tradición en la ciudad complutense, el cuerpo incorrupto de San Diego en la Catedral Magistral, donde reposan sus restos en una urna de plata del siglo XVII.

Los fieles pudieron venerar los restos incorruptos del santo en la Catedral Magistral, donde se celebró una solemne misa presidida por Monseñor Antonio Prieto Lucena, obispo complutense, y entre los que estuvieron presentes, entre otros, la alcaldesa, Judith Piquet.

San Diego vivió sus últimos siete años en Alcalá y aquí radicó la grandeza de su obra. Los fieles y devotos celebran esta peregrinación en suelo catedralicio con la misma intensidad con la que otrora se festejaba en la ciudad la procesión de las Santas Formas. El pasado fin de semana ya tuvo lugar la tradicional procesión por el barrio de Juan de Austria desde su parroquia.

El milagro de San Diego al príncipe Carlos

No mucha gente sabe que el origen de la ciudad de San Diego en Estados Unidos proviene de este religioso alcalaíno que alcanzó la santidad. Uno de los milagros que se atribuyen y que más se recuerdan a San Diego es el del príncipe Carlos. Allá por 1562, el hijo de Felipe II tropezó por las escaleras del Palacio Arzobispal, quedando gravemente herido. Ningún médico hallaba la solución y cuando parecía que iba a desembocar en un fatal desenlace, el duque de Alba recordó la fama de milagrero del santo y ordenó que lo sacasen del sepulcro y lo llevasen en procesión hasta la alcoba de don Carlos. Introdujeron el cadáver incorrupto de San Diego y, según cuentan, casi de inmediato empezó a recuperarse.

El santo que no era de Alcalá

En realidad, San Diego, no era de Alcalá de Henares. Nació el 13 de noviembre de 1400 en la localidad sevillana de San Nicolás del Puerto, en el seno de una familia modesta y dedicada íntegramente a la fe católica. Desde muy joven fue misionero, ermitaño y fraile franciscano donde recorrió muchos lugares durante su vida, incluso Roma. Sin embargo, tras su regreso de tierras romanas, fray Diego de Alcalá llegó a Alcalá de Henares para trabajar en el antiguo convento de Santa María de Jesús, hoy en día biblioteca de la universidad, el CRAI, un edificio que se ubica encima de lo que fue el convento.

Fue ya en Alcalá donde realizó labores de jardinería, en cocina y como conserje del convento durante sus últimos años de vida. Y como en Alcalá de Henares le sorprendió la muerte el 13 de noviembre de 1463, de ahí viene su sobrenombre de «Diego de Alcalá«.

Por cierto, como curiosidad, el santo murió el mismo día que nació y cuenta la leyenda que profetizó la fecha de su propia muerte. Fue enterrado en la Catedral de Alcalá de Henares y de forma misteriosa su cuerpo habría quedado incorrupto, desprendiendo un buen aroma en todo momento. Tras su fallecimiento, comenzó a ser venerado popularmente con el papa Sixto V en 1588.

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