Pepe es alcalaíno y forma parte de los madrileños que han sido trasladados a Ifema
Por fortuna, su evolución es favorable. Pepe cuenta que “Se portan bastante bien los médicos y las enfermeras”, nos dice. “Está el sitio muy amplio, limpio, y nos controlan la temperatura y demás constantemente. Se escucha poco ruido y al fondo se escucha alguna tos seca que te pone en guarida. Cuando llegan las 20 horas de la tarde ponen música y todo el mundo aplaudimos un par de minutos. Luego…a esperar la cena. Para las 22 horas bajan el tono de la voz y la luz. No se escucha ni a los sanitarios hablar, sólo alguno ahogándose en su propia tos…”
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