Como es tradición, este domingo 13 de noviembre Alcalá expondrá el cuerpo incorrupto de San Diego en la Catedral Magistral, donde reposan sus restos en una urna de plata del siglo XVII.
San Diego vivió sus últimos siete años en Alcalá y aquí radicó la grandeza de su obra. Los fieles y devotos celebran esta peregrinación en suelo catedralicio con la misma intensidad con la que otrora se festejaba en la ciudad la procesión de las Santas Formas.
El fervor religioso y la militancia complutense se funden en una emotiva jornada para unos e intrigante para los más curiosos. Quién no haya ido nunca puede descubrir un auténtico icono para los creyentes y una parafernalia sin igual para ateos, agnósticos y ‘mediocomplutenses’.
El milagro de San Diego al príncipe Carlos
Uno de los milagros que más se recuerdan a San Diego es el del príncipe Carlos. Allá por 1562, el hijo de Felipe II tropezó por las escalares del Palacio Arzobispal, quedando gravemente herido. Ningún médico hallaba la solución y cuando parecía que iba a desembocar en un fatal desenlace, el duque de Alba recordó la fama de milagrero del santo y ordenó que lo sacasen del sepulcro y lo llevasen en procesión hasta la alcoba de don Carlos. Introdujeron el cuerpo incorrupto de San Diego y, según cuentan, casi de inmediato empezó a recuperarse.
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– El príncipe Carlos y el milagro de San Diego / Por Bartolomé González