El perfume denso y dulzón penetra profundamente por todas las personas que pasean por la plaza Padre de Lecanda. Al girar hacia la derecha desde la calle Mayor, el olor ya se puede notar, e hipnóticamente te lleva hasta los árboles de la plaza que acoge el precioso Oratorio San Felipe Neri y la sorprendente librería Domiduca.
Al llegar allí, la pregunta se repite. ¿Qué son estos árboles que huelen tan bien? Las flores de los tilos hacen que el estrés se esfume y florezca una paz interior, un aroma embriagador que te hace olvidar un mal día. Date prisa si todavía no has disfrutado del olor que emana de estos árboles en la primavera tardía. El verano ya llega.