Por Víctor Chacón (*)
¡Bienvenido 2016! Comienza un año que políticamente nos promete emociones fuertes. Y no hay más que acercarse a la actualidad para comprobar que estamos viviendo situaciones inéditas en nuestra democracia: desde la huida hacia adelante del Parlament de Cataluña en su desafío secesionista pasando por una aritmética parlamentaria compleja que dificulta la formación de mayorías estables que hará que los debates y las votaciones salgan de la rutina de lo previsible. Todo ello, en un contexto de recuperación económica y del empleo que es lo que está en juego y lo que realmente importa al ciudadano.
En este nuevo escenario, los partidos políticos y los que representamos a los ciudadanos tenemos que hacer las cosas de forma diferente en todos los niveles: en los parlamentos y ayuntamientos donde los ciudadanos reclaman más capacidad de diálogo y de consenso y por lo que ya no hay mayorías absolutas; en los partidos, donde tenemos que hacer más visible y más efectivo el papel y la voz de nuestros afiliados y también adecuarnos a este nuevo tablero con más actores; y en la calle, donde hay una mayor exigencia de participación en los asuntos públicos, con nuevas formas de comunicarse y nuevos códigos.
Tenemos que hacer las cosas de forma diferente en todos los niveles: en los parlamentos y ayuntamientos donde los ciudadanos reclaman más capacidad de diálogo y de consenso
Para el Partido Popular, 2016 tiene que ser un año clave en la adaptación a esta nueva realidad. A lo largo de los próximos meses, una vez se aclare la formación de gobierno o la convocatoria de unas nuevas elecciones, nos toca abrir un proceso de actualización. Este es el año en el que se celebraran el Congreso Nacional, el Congreso del PP de la Comunidad de Madrid y la Asamblea Local en Alcalá de Henares, que son los máximos órganos de decisión y que abordarán una revisión de nuestras posiciones políticas, de nuestras estructuras, nuestros procedimientos y nuestros equipos. El Partido Popular resultante tendrá la fundamental tarea de recuperar todo nuestro vigor para volver a ser la referencia de los ciudadanos en el espacio del centro derecha.
A lo largo de los próximos meses, una vez se aclare la formación de gobierno o la convocatoria de unas nuevas elecciones, nos toca abrir un proceso de actualización
Todos los afiliados del Partido Popular tendremos que trabajar para que haya un proyecto en toda España fuerte, sólido y ambicioso que vuelva a atraer la confianza de aquellos que nos han dejado de votar. Tenemos aspectos que mejorar, es indudable. Particularmente, soy de los que prefiere decir dónde, a mi juicio, podemos hacerlo mejor en lugar de refugiarme en el confort de la generalidad. Por eso, estos son los tres propósitos que creo que el Partido Popular debe asumir en 2016, en toda España, en la Comunidad de Madrid, y en Alcalá de Henares:
Recentrar
El Partido Popular desde su nacimiento se define como una fuerza de centro. Así se marca en nuestros Estatutos y nuestras ponencias políticas. Sin embargo, los ciudadanos no nos perciben como tal a pesar de haber hecho del reformismo nuestra bandera política. En el último barómetro del Centros de Investigaciones Sociológicas, en una escala del 1 al 10, los encuestados situaban al PP con un 8.21. Son nuestros adversarios los que están más cerca del centro que nosotros.
En todas las elecciones –salvando las últimas- ha habido una regla: quien ganaba el centro ganaba las elecciones. Esto ocurrió incluso en las disputadas de 1996
En todas las elecciones –salvando las últimas- ha habido una regla: quien ganaba el centro ganaba las elecciones. Esto ocurrió incluso en las disputadas de 1996. Ganar el centro, es decir, ser la preferencia para los que se sitúan en el punto medio o no tienen una adscripción ideológica marcada, siempre ha supuesto ganar las elecciones. Y desde 1990, en aquél Congreso de Sevilla que daba forma y futuro a nuestro partido, decidimos hacer una apuesta por el centro político: reivindicando el espíritu de la transición, el diálogo, la Constitución, la libertad, las clases medias, el mérito y el esfuerzo. Nuestro primer lema fue “Centrados en la libertad”.
Nuestra obligación es que amplios sectores sociales del centro político se identifiquen con nosotros y se sientan representados
La voluntad de definir un proyecto de centro surgió en el seno del Partido Popular y en los próximos Congresos debe reafirmarse para ser reconocibles ahí. Nuestra obligación es que amplios sectores sociales del centro político se identifiquen con nosotros y se sientan representados. Después de tantos años, después de haber construido una casa para todo el centro derecha, no podemos permitir perder esta batalla. Debemos marcar como objetivo recuperar nuestra hegemonía en este espacio. Es una condición necesaria para recuperar lo perdido.
Rejuvenecer
No me refiero a los dirigentes políticos. No creo en esa especie de efebocracia que considera el hecho de la juventud como virtud única a la hora de gestionar los recursos públicos. Ningún joven puede acertar sin la luz de la experiencia. Me refiero a rejuvenecer nuestra base electoral.
Hay una brecha generacional a la hora de votar al Partido Popular. Reconocerlo es el primer paso para cambiarlo. Según el CIS, la intención de voto al PP en los mayores de 54 años se disparaba mientras que en los menores de 35 no llegaba a un 11%.
No creo en esa especie de efebocracia que considera el hecho de la juventud como virtud única a la hora de gestionar los recursos públicos
No siempre ha sido así. Las dos mayorías absolutas que ha sacado el Partido Popular se han dado cuando se ha ganado el voto joven. Así fue en el año 2000, cuando votó a Aznar un 29,3% de los jóvenes frente a un 17,3% que lo hizo por Almunia. Y también fue en las generales de 2011 donde el PP repitió ese 29,3% frente a un 18,5% de jóvenes que votaron al PSOE. Son las dos únicas elecciones generales donde una mayoría de jóvenes menores de 35 años han apostado mayoritariamente por nuestras siglas.
Para ser mayoritario hay que ser transversal a las generaciones. Es casi imposible estadísticamente obtener mayorías absolutas sin la confianza de los jóvenes. Hay que tener en cuenta que los menores de 35 tienen un peso sobre el total del electorado cercano al 25%. Por eso es fundamental, que los procesos de mejora que tenemos que abrir en este año hagamos una reflexión para que el Partido Popular vuelva a ser el partido en el que confían los jóvenes españoles.
Es casi imposible estadísticamente obtener mayorías absolutas sin la confianza de los jóvenes
Renovar
Aquí hablamos de caras, de formas, de estructuras y de discursos. Si siempre haces lo mismo siempre obtendrás los mismos resultados. Los cambios son importantes y el PP ha demostrado que acierta cuando renueva. Ahí queda el gran papel que han hecho en pocos meses los Vicesecretarios Generales: Pablo Casado, Javier Maroto, Andrea Levy o Fernando Martínez Maíllo. Tenemos un excelente banquillo, preparado y con capacidad para imprimir un nuevo carácter, un nuevo brío al PP. No es una cuestión de sustituciones sino de sumar, de incorporar talento, de dar cancha política a quien puede reforzar el proyecto.
Tenemos un excelente banquillo, preparado y con capacidad para imprimir un nuevo carácter, un nuevo brío al PP
Aquí deben jugar un papel determinante nuestros afiliados. Nadie mejor que ellos para decidir quién representa mejor los principios y valores del Partido Popular. Nuestra estructura tiene que ser mucho más permeable, con una mayor participación en el día a día y donde la última voz sea siempre la suya.
En un escenario como en el que estamos, el PP tiene que volver a ser el partido que ofrece la política más genuina. Ya lo hicimos y hay ejemplos que en su momento eran casi transgresores como la eliminación de la “mili”, el servicio militar obligatorio. Con la recuperación en marcha, tras cuatro años absortos en la titánica tarea de sacar a España de la crisis, es el momento de dar un mayor contenido político a nuestra acción.
Renovar no es inventar. Hay veces que no hay nada tan nuevo como reivindicar los valores en los que siempre hemos creído. El protagonismo de los ciudadanos, sin tutelas de los poderes públicos. La libertad, la igualdad de oportunidades y la solidaridad. El papel de la sociedad civil como impulsora de la energía creativa de la libertad. O volver a poner el deseo de superación personal, el esfuerzo, el trabajo, el mérito, el altruismo o la responsabilidad individual en el centro de cada discurso político.
Tres “R”: recentrar, rejuvenecer y renovar. Es un camino para crecer, para reivindicarnos, para que vuelvan los que se han marchado
Estos son, en mi opinión, los propósitos internos que el Partido Popular debería marcarse para seguir siendo la mejor herramienta para defender los intereses de los españoles. Tres “R”: recentrar, rejuvenecer y renovar. Es un camino para crecer, para reivindicarnos, para que vuelvan los que se han marchado. Hay 3 millones y medio de españoles que nos votaron en 2011 y no lo hicieron en 2015 y que tenemos que recuperar. Con ello, lograríamos conformar una mayoría imbatible ante la fragmentación del resto de fuerzas políticas. Esa tiene que ser la meta en los cambios que se avecinan en este año.
(*) Víctor Chacón es portavoz del PP en el Ayuntamiento de Alcalá de Henares