Entrará en Alcalá-Meco tras acudir este martes a los juzgados pero negarse a declarar. Se le acusa de un delito de asesinato u homicidio doloso y revelación de secretos. Pudo haber espiado el móvil de su pareja.
A primera hora de la mañana de este martes 9 de marzo llegaba a los Juzgados de la Plaza de la Paloma en Alcalá de henares (foto inferior Google Street) el presunto asesino, Gonzalo, de 39 años y conductor de ambulancias. Tras acogerse a su derecho de no declarar, el juez de Instrucción número 2 de Alcalá de Henares ha ordenado el ingreso en prisión comunicada y sin fianza. Será conducido al recinto penitenciario de Madrid II (Alcalá – Meco).
Al término de la declaración, el abogado del investigado ha solicitado que un médico forense comprobase el estado de su cliente al entender que no se encontraba en condiciones para su ingreso en prisión, extremo que ha negado el facultativo, quién ha entendido que no hay motivo alguno que justifique su no reclusión.
Se le acusa de un delito de asesinato u homicidio doloso y revelación de secretos. La investigación por la relevación de secretos se corresponde a la sospecha de que estuviera espiando a su pareja con una aplicación del teléfono móvil.
Según fuentes de la investigación, el presunto asesino, Gonzalo, de 39 años y conductor de ambulancias, estaba fuera de servicio, pero se vistió con su uniforme para entrar en el Hospital. Entró sobre las 14:20 horas del pasado sábado y se fue en busca de Sergio, el enfermero de 41 años, que localizó comiendo en la sala de descanso de Urgencias.
Con presunta premeditación, esperó a que estuviera solo para sacar un cuchillo y degollarle, tras clavarle el cuchillo en el ojo y los testículos, además de producirle otras heridas contusas en el abdomen, algo compatible con un comportamiento criminal provocado por profundos y reiterados celos. Esto se une al hecho de parece que era el día del cumpleaños de la víctima.
La víctima Sergio era delegado sindical del Movimiento Asambleario de Trabajadores de la Sanidad (MATS), que estaba divorciado y tenía dos hijos con otra trabajadora del hospital.
El atacante creía que había iniciado una relación con una compañera de turno, durante cuatro años su novia. Otras fuentes aseguran que ya habían cortado y pensaban que la culpa de la ruptura era el enfermero, algo que el primero “no podía soportar”.
Una pancarta le recuerda ya en el Hospital de Alcalá y ayer sus compañeros le rindieron un homenaje con un emotivo minuto de silencio al que acudió el alcalde, Javier Rodríguez Palacios (foto superior).