Los agalloneros vivieron el sábado 16 de agosto, el día grande de sus fiestas patronales con la emotiva procesión que llevó a hombros a la Virgen de los Enebrales desde su ermita hasta la Iglesia de la Asunción, en un recorrido marcado por la tradición, la música y la fe compartida de todo un pueblo, y de la Sierra Norte.
Tamajón volvió a rendir honores a su patrona, la Virgen de los Enebrales, en una procesión que unió fe, tradición y emoción popular. La cita se enmarca en las fiestas patronales de Tamajón. Los preparativos de esta celebración comenzaron este año el jueves 14 de agosto con el ritual de vestir a la Virgen, a cargo de varias mujeres de la localidad. Este gesto simbólico, que siglos atrás estaba reservado únicamente a las mujeres casadas, conserva hoy una fuerte carga devocional y marca el inicio de los días grandes para los agalloneros.
El viernes 15 de agosto, festividad de la Asunción, se celebró la ofrenda floral, en la que participaron decenas de fieles depositando flores a los pies de la imagen. Ese acto dio paso al pregón de fiestas, que este año corrió a cargo del diputado regional Paco Núñez. Núñez felicitó al pueblo por la conservación de tan arraigadas tradiciones, invitando a vecinos y visitantes a seguir participando en ellas. Como es tradición, el pregón se dio en la Ermita de la Virgen de los Enebrales.
El día grande de la Virgen
Ya el sábado, 16 de agosto, Tamajón vivió el día más esperado. Desde primeras horas de la tarde, los vecinos fueron acercándose hasta la Ermita de la Virgen de los Enebrales, enclavada a los pies de la Sierra Norte y abierta hacia los paisajes de la conocida “Ciudad Encantada” de Tamajón. A partir de las 19:00 horas se celebró el último día de la novena y la misa solemne en honor a la patrona, un acto que congregó a numerosos devotos, no solo del municipio sino también de localidades cercanas.
Pasadas las 20:30 horas, la Virgen salió de la ermita portada a hombros por los agalloneros, en el arranque de una procesión que discurrió entre sabinas centenarias, enebros y formaciones rocosas de gran belleza natural. Durante todo el trayecto, las dulzainas y tamboriles de los Gaiteros Mirasierra —fieles a la cita desde hace más de dos décadas— acompañaron la comitiva con música tradicional que llenaban de autenticidad el ambiente. Faltó, muy a su pesar, el gran Valentín Pérez, gaitero de Atanzón, y hermano de honor de la hermandad de la Virgen de los Enebrales, a quien todo el pueblo de Tamajón desea una pronta recuperación para verlo pronto tocando de nuevo, y dándole alegría a las celebraciones agalloneras.
El cortejo ofreció imágenes entrañables: mayores que encontraron fuerzas para portar las andas de su patrona, nietos que vigilaban orgullosos y emocionados esos relevos, y vecinos que, debido a la edad, esperaban a pie de camino para recibir a la Virgen en el punto más cercano a sus hogares.
Ya en Tamajón, la talla fue recibida entre vítores y aplausos en la explanada de la Iglesia de la Asunción, donde se celebró la tradicional subasta de las andas y ofrendas. El encargado de conducirla fue un año más Darío Santos, que con buen humor y entrega animó a los presentes a pujar por la oportunidad de portar a la Virgen.
Después, los fieles entonaron juntos el himno de la Virgen de los Enebrales, uno de los instantes más sobrecogedores de la jornada, para culminar con el tradicional paso por el manto, un rito que expresa el deseo de protección de la patrona sobre quienes lo realizan.
La Virgen permanecerá en la Iglesia de la Asunción hasta el segundo domingo de septiembre, fecha en la que se celebra la romería de retorno a la ermita. En esa ocasión, la imagen viste un manto más sencillo, en contraste con las galas solemnes de agosto. El último de estos mantos festivos fue confeccionado a mano y bordado por una vecina de Humanes que desea permanecer en el anonimato.
Según recordó Elvira Gamo, presidenta de la Hermandad de la Virgen de los Enebrales, la tradición se mantiene gracias al esfuerzo colectivo de los casi 300 hermanos que integran la hermandad. Además, este año se han realizado mejoras importantes en la ermita, como la reparación de cubiertas, pintura integral del templo y la instalación de una inscripción original del siglo XII recuperada de los archivos históricos. Igualmente, se han acometido labores de limpieza general y para los próximos meses se proyecta, si hay disponibilidad económica, la colocación de un pequeño retablo y una nueva peana para realzar la presencia de la imagen en el altar.
Las fiestas patronales de Tamajón no solo suponen un reencuentro vecinal, sino también un ejemplo de patrimonio inmaterial que se transmite de generación en generación. Los rituales del vestir, los cantos, la música de dulzainas y las subastas son testimonio de una tradición viva que une al municipio cada verano bajo la protección de la Virgen de los Enebrales, “La Serrana”.