Como cada lunes os ofrecemos una canción que tiene a La Luna como protagonista para arrancar la semana con ganas.
Por Saúl Quijada
Después de una semana de sentimientos a flor de piel, hablamos de una de las artistas españolas más visceral y pasional, Carmen Boza. La que escribe como piensa, la Boza intensa.
Persiguió su sueño musical de Cádiz a Málaga, asentándose en Madrid. Trabajó mucho para levantar el vuelo con su «Mansión de los espejos», el primer álbum. Allí se citaron los desconocidos, los amantes religiosos, las fieras, las salpicaduras, los mayordomos y los ejércitos. Como diría Krahe, la vida de artista, del cantante letrista.
El tema de hoy se llama “Canción A”, incluida en el disco “Rollitos de Primavera”. Boza habla de corazones y Kamikazes. Aunque a veces sea lo mismo. La A siempre sirve para iniciar algo. Es la primera letra del alfabeto. Es el origen de tres palabras fundamentales en la vida, amor, amistad y aventura y, seguramente, todos hayamos ido a la clase “a” en el colegio.
En la canción aparecen las estaciones de trenes. Esos lugares tan similares a los aeropuertos donde se inician nuevos caminos, donde se abandonan maletas sin cerrar y donde los kilómetros se recorren sin mirar atrás. Para lo bueno y lo malo. Cuando la megafonía anuncia la salida, sólo queda ver la ruta pasar.
“No debo sobreestimularme
Quisiera revender el aire que dejaste
Se tornará la luna en sangre
Brindemos antes de subir al tren que parte.
He vuelto a encontrar al místico Stendhal
Robando el compás
A unas manos nuevas.
Procrastinar vuelve a ser
La ocupación perfecta
Si no se puede chupar tu corazón
Que es felino y kamikaze a medias.
Me sorprendió que en mitad de la canción huyeras
A lomos de un león
A lomos de un león.
No volveré a crucificarme
Siguiendo las doctrinas
De esta fe mutante
Efervescente fue lo trágico
De abandonarme
A la autocompasión menguante»
Subidos en el león te deseamos feliz semana.