Pastrana celebró el pasado fin de semana la festividad del Corpus Christi con un programa lleno de tradición, música y solemnidad
La Villa Ducal de Pastrana ha vuelto a rendir homenaje al Corpus Christi con un fin de semana repleto de actividades para todos los públicos, que han culminado hoy domingo con una celebración solemne, profundamente enraizada en la historia y la identidad cultural del municipio. El Ayuntamiento, en colaboración con la parroquia, asociaciones locales y vecinos, ha trabajado para devolver a la festividad su carácter tradicional y participativo.
Las celebraciones comenzaron el viernes 20 de junio por la noche, con la Disco-Móvil BOMEL en la Plaza de la Hora, que reunió a pastraneros y visitantes en una animada jornada musical. El sábado por la mañana, la plaza volvió a llenarse de vida con un parque infantil acuático para los más pequeños. A mediodía, la charanga ‘Los Chicuelos de Almoguera II’ visitó la Residencia de Mayores y recorrió posteriormente las calles del centro ambientando la hora del vermú con un repertorio festivo y popular.
Ya por la tarde, tuvo lugar un encierro infantil con carretones, organizado por la Asociación Taurina Villa de Pastrana. Por la noche, la música fue protagonista en la Plaza de la Hora y aunque la lluvia de una tormenta impidió la actuación del Dúo Musical XENA, sí se disfrutó de la actuación del grupo MUTANTES hasta altas horas de la madrugada.
El domingo, centro espiritual y cultural de la fiesta
La jornada del domingo 22 de junio, día del Corpus Christi, ha sido el corazón de las celebraciones. A las 11 de la mañana, la Banda de Música de Pastrana abría la jornada festiva con la tradicional diana floreada, llenando de solemnidad y emoción las calles de la villa.
A las 11:30 h tuvo lugar la Santa Misa en la iglesia colegiata, cantada por la Coral La Paz. Seguidamente, se celebró la procesión del Santísimo Sacramento, eje central y momento más esperado de la festividad. Los pastraneros salieron a las calles para acompañar a la custodia barroca del siglo XVII —obra del orfebre Juan López— y al templete de plata del siglo XVIII que la cobijaba, ambos pertenecientes al valioso patrimonio del Museo Parroquial de Tapices.
Durante el recorrido, las calles del casco histórico se engalanaron con colchas bordadas, mantones de Manila y reposteros con las armas de la Casa Ducal, siguiendo una tradición centenaria que recupera la solemnidad de siglos pasados. Como marca la costumbre, más de una veintena de estandartes salieron en procesión junto a las hermandades y cofradías de Pastrana. Los niños que este año han hecho la Primera Comunión encabezaron la comitiva, esparciendo pétalos de rosa al paso del Santísimo. En el recorrido, la procesión se detuvo en los altares alzados por los vecinos, cuidadosamente preparados en los barrios, en homenaje al paso del Sacramento.
La Banda de Música interpretó marchas procesionales durante todo el recorrido y el himno nacional a la salida y regreso de la procesión a la colegiata, aportándole a la villa el tono solemne y festivo que cada año requiere la ocasión.
Un patrimonio único en el corazón de la villa
La festividad del Corpus Christi está profundamente ligada a la historia de Pastrana. Desde 1667, cuando el IV Duque de Pastrana donó a la iglesia-colegiata una extraordinaria serie de tapices gótico-flamencos del siglo XV, estas piezas han acompañado —físicamente o espiritualmente— esta conmemoración religiosa. Tras una minuciosa restauración en la Real Manufactura De Wit, en la ciudad belga de Malinas, los tapices regresaron a Pastrana, tras ser expuestos en importantes museos europeos y norteamericanos.
Hoy se conservan en el Museo Parroquial de Tapices de Pastrana, inaugurado en 2014 y ubicado en la antigua Sacristía Mayor de la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción, completamente rehabilitada para albergar esta colección única en el mundo. Los tapices narran las conquistas de Arcila y Tánger por Alfonso V de Portugal en 1471, y son considerados una de las series textiles más importantes de finales del siglo XV.
El museo se completa con dos salas adicionales donde se exhiben obras de pintura, escultura y orfebrería, con autores como Juan de Borgoña, Carreño de Miranda o escultores como Francisco Salzillo y Alonso Cano. Además, la Colegiata acoge el panteón donde reposan los restos mortales de los Príncipes de Éboli y de los Mendoza del Infantado.
Todo este conjunto artístico, religioso y arquitectónico da forma a la identidad de Pastrana, una villa en la que conviven el legado medieval, el esplendor renacentista y el alma castellana, ofreciendo a vecinos y visitantes un viaje en el tiempo cada mes de junio, cuando el Corpus vuelve a llenar de vida, fe y belleza sus calles.