“Unocerismo” y la ilusión bética del Quintanar (RSD Alcalá 1-0 Quintanar)

“Unocerismo” y la ilusión bética del Quintanar (RSD Alcalá 1-0 Quintanar)

Uno a cero, decía Goyo Benito, central de suma contundencia del Real Madrid, en los setenta, “era el resultado más engañoso y traicionero en un marcador”. Claro que esta cifra se refería a la ida en competiciones europeas de referencia complicada en la vuelta.

En la tercera visita del Alcalá el balance es pobre de ventaja pero altamente positivo para la obtención de los tres puntos en litigio. Javi Hernández, un trotamundos del fútbol cuya última procedencia es el Jamshedpur, de la Indian Super League, no echa de menos el Ganges y ha caído como maná celestial a la cercanía del río Henares, una diferencia por lo menos fluvial. A los cuatro minutos se le puso cuesta arriba el partido al club verdiblanco conocido como Club Deportivo Quintanar del Rey, localidad conquense de la comarca de La Manchuela, cuyos vinos asumen un estrellato de calidad solamente comparable al futuro de formación deportiva.

7500 habitantes albergan un equipo que compite con, por ejemplo, la Real Sociedad Deportiva Alcalá, cuyo césped ahora fagocitado por los hongos, compite con el césped artificial del colectivo conquense inaugurado en 2017….y todo el mundo tan contento. Su camiseta reverdece la nostalgia por el Betis, cuyo romanticismo inocula también las resistencias sentimentales del Quintanar, cuyo mérito deja de ser insondable al conocer la población discreta que bien pudiera ser la de Torres de la Alameda. El patrocinio de una empresa de alquiler de maquinaria y otra de prefabricados de hormigón localiza artificialmente el mérito deportivo que bien pudiera haber arrojado un empate en el Municipal de El Val. La horizontalidad de las medias blanquiverdes rememoraba aquella costumbre no menos horizontal que condujo durante un tiempo de los años sesenta al Athletic de Bilbao, con Clemente, Iñaki Sáez, luego transmutado en seleccionador nacional, Fidel Uriarte, Zorriqueta, etc.

La grisura del uno a cero frente a la dignidad de equipos como el Quintanar, cuyo representante José Carlos Monllor agradece con la lógica biennacida del considerado bien remunerado por haber sido recibido en la esfera deportiva de la cuna de Cervantes. La temperatura ya se acerca muy poco a poco al rigor solsticial y la afluencia sigue siendo una asignatura pendiente. Aquel Goyo Benito, rebautizado metafóricamente por la narrativa evanescente del argentino Héctor del Mar como “hacha brava”, hablaba del uno a cero como una lacra a desacralizar del fútbol, pero en esta categoría de la militancia complutense quizá haya que tomar como hábito esta depauperación del gol. La alegría del dueño del pelo cárdeno y jefe del banquillo del Alcalá, Vivar Dorado, desmiente la pobreza de los números del marcador instalado en el centro diametral del terreno de juego. Los fundadores del catenaccio italiano no manifestaban remilgo, al igual que  Dorado, pero la aspiración a la alegría del balompié se llama gol.

Quintanar del Rey presentó su candidatura desde la humildad. Vendrán más equipos y conoceremos sus ambiciones. “Vendrán más años malos y nos harán más ciegos”, ensayo de 1993 de Rafael Sánchez Ferlosio.

Antonio Campuzano.

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