A los inmigrantes les cuesta el diminutivo en español

¿Están integrados plenamente los inmigrantes en Madrid? No del todo, al menos a nivel lingüístico. Así lo afirma el experto de la Universidad de Alcalá, Florentino Paredes, que asegura que, teniendo en cuenta que el aprendizaje del idioma es un factor clave, a la población inmigrante le cuesta todavía usar funciones del lenguaje como el uso del diminutivo que hacemos los españoles.  Así se desprende del trabajo realizado por el trabajo realizado por su grupo de investigación de Lingüística Hispánica (HISPALIN) en el proyecto IN.MIGRA-2.

Según Paredes, la integración es efectiva cuando la población migrante utiliza el lenguaje con las mismas funciones que los hablantes de la comunidad de acogida. El experto de la UAH asegura que no utilizan el diminutivo, cuyo uso en la Comunidad de Madrid y en otras zonas de España es muy extendido, con las mismas funciones que los madrileños.

Florentino Paredes afirma que «nosotros utilizamos el diminutivo para indicar tamaño pequeño, pero también y fundamentalmente, para otras funciones, como atenuar (para evitar decir ‘está gordo’ decimos ‘está gordito’ o ‘regordete’), ironizar (por ejemplo, cuando un día muy caluroso decimos ‘vaya fresquito que hace’), mostrar cercanía o familiaridad (‘me voy a casita’) y así hasta nueve funciones».

Por contra, según detalla el experto de la UAH, «lo que hemos observado es que los inmigrantes, por una parte, no usan todas las funciones y, por otra, cuando utilizan el diminutivo en alguna de ellas, también lo hacen de una manera muy reducida. Por ejemplo, recurren al diminutivo para atenuar, pero casi exclusivamente mediante la fórmula ‘un poquito’. Todo esto es un índice de que el proceso de integración no se ha alcanzado».