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¿A qué suena la Luna? A Damien Rice

Como cada lunes os ofrecemos una canción que tiene a La Luna como protagonista para arrancar la semana con ganas.

Por Saúl Quijada

Era el verano de 1999. Sí, el mismo de la famosa canción de Love Of Lesbian. El lugar, la ciudad de Galway. Allí se encontraba un joven músico irlandés, delgado, con pelo desenfadado y guitarra al hombro. Se llamaba Damien Rice y estaba disfrutando de unos días en la ciudad para, después, tocar en el festival Internacional de las Artes que se celebra allí todos los años. Entre el bullicio de gente, Damien conoce a dos chicos de Alcalá de Henares, Lucas y Diego, con los que conecta y empatiza desde el minuto uno.

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Hablan del festival, de música, de bandas –Damien acababa de romper con su anterior formación, Juniper, y quería probar suerte como llanero solitario–, de guitarras, de proyectos y, lo más importante, de futuro. Después de varias cervezas y varias conversaciones trascendentales, Lucas y Diego convencen a Rice para que pruebe suerte en Alcalá y pase una semana en tierras complutenses. La oferta es apetecible: fiesta y música. Con estos ingredientes en la maleta aterrizan en la ciudad la semana de Ferias y Fiestas.

El primer objetivo, que era venir a España, estaba logrado, ahora faltaba buscarse la vida tocando. Damien decide desenfundar la guitarra y darle vida en forma de canciones para que todo el mundo las escuche. La calle Mayor, los locales de las Peñas, la urbanización El Zulema y el bar La Ruina fueron testigos del talento que derrochaba el artista irlandés ya en esa época. Noches de rock y altos vuelos. Sólo le hizo falta la guitarra y una voz susurrante que bebe de influencias como Jeff Buckley o Leonard Cohen para convencer al público. De hecho, una vez comentó en una entrevista que lo único que se llevaría a una isla desierta sería su guitarra y la discografía completa de Leonard Cohen.

Los días pasaban y la gorra, poco a poco, se iba llenando lo suficiente para poder ahorrar e invertir. Tras su semana en Alcalá, Damien hizo la mochila, se calzó las botas de andar y decidió hacer el camino de Santiago junto a otros amigos.

Como no podía ser de otra manera, la luna también es la protagonista en una de las canciones más emotivas del irlandés, “Silent Night”, incluida en el álbum 0. Es un tema oculto dentro del disco, algo habitual hace años pero impensable hoy en día donde ya no se escuchan discos enteros.
El álbum es la radiografía exacta de un cantautor que se ha tomado la música con una pasión y una perfección digna de un orfebre. Con Damien Rice ocurre lo siguiente: hay que bucear en sus canciones para llegar a encontrar el punto en el que se encuentran las emociones. A veces, el tesoro está cerca de la superficie, en cambio, otras hay que bajar muchos metros para encontrarlo. Eso sí, una vez que lo descubres es solo para ti. Melancolía mágica que cambia estados de ánimo.

“Silent night,
Moonlit night.
Nothing’s changed.
Nothing is right.
I should be stronger then,
Weeping alone.
You should be weaker then,
Sending me home.
I can’t stop you fighting to sleep.
Sleep in heavinly peace”

“Noche silenciosa, noche de luna llena”. Después de escuchar esta canción lanzamos una pregunta: ¿qué distancia existe entre las canciones y tu estado de ánimo? Feliz semana.