José Milán Pilo, profesor del colegio Santa María de la Providencia, ha obtenido este año el Premio al Mejor Maestro de Alcalá de Henares. Y lo ha hecho por su inestimable prestación del hábito de la lectura entre sus escolares y el trabajo realizado durante los últimos años en la biblioteca del centro, inculcando el interés entre el alumnado más joven y la creación de grupos de alumnos bibliotecarios voluntarios; además de buscar nuevas formas innovadoras de acercar a sus alumnos al mundo de la lectura. En La Luna de Alcalá hemos querido hablar con él para que nos cuente cómo ve la educación en la ciudad, en España y qué soluciones se pueden tomar para mejorar.
– ¿Qué se siente al ser elegido mejor profesor de Alcalá?, ¿qué supone ese reconocimiento?
Siento un orgullo y un honor tremendos. No te voy a decir que sea un sueño que llevo persiguiendo hace mucho tiempo, porque mentiría. Un maestro no busca ser el mejor, busca hacer mejores a sus alumnos. Para mí me supone un extra de motivación para seguir haciendo mi trabajo con más ganas e ilusión.
– ¿Cómo valora el nivel educativo en Alcalá de Henares?
– Yo creo que hay un buen nivel. Hay buenos colegios y unos excelentes profesionales de la educación. Además el Ayuntamiento oferta muchas actividades culturales.
– Si pudiera pedir un deseo, ¿qué pediría a los políticos en materia educativa?
– Consenso. Que pensasen en los alumnos, que son los que realmente importa, y que se dejen del “y tú más”. Nos jugamos el futuro del país y de la sociedad. Pediría un pacto educativo que saliese de los maestros y profesores. Somos los que realmente conocemos el panorama educativo. Si me permites la expresión, somos los que bajamos al barro a diario.
– ¿Qué le falta en su opinión al sistema educativo español para dar el salto?
Darle la importancia que se merece. Dotar a los colegios de los medios necesarios para mejorar. Es imposible mejorar teniendo cada vez menos. Y cuando digo menos no me refiero solo a medios materiales y económicos, sino también respeto por los profesionales de la educación.
– ¿Hacia dónde tiene que ir a la educación?
Creo que la educación debe ir acorde a los tiempos que corren, pero sin perder valores como el esfuerzo y el trabajo bien hecho.
– ¿Están los alumnos motivados hoy día?, ¿cómo se les puede motivar?
– Creo que sí, el problema es que a veces están excesivamente saturados de información y estímulos y eso provoca que no se centren o que parezca que no lo están. Lo que está claro es que la forma de organizar las aulas, la evaluación y la figura del maestro sabio que nunca se equivoca han cambiado, y si no lo han hecho deben cambiar. Hay que olvidarse de los niños colocados en fila de uno mirando a la pizarra, un examen como única herramienta de evaluación y hacerles creer a nuestros alumnos que los maestros somos infalibles y que lo que digamos no tiene fallo posible. Por ponerte un ejemplo, en mi colegio trabajamos en grupos cooperativos, moviendo mucho la organización del aula, con rutinas y destrezas de pensamiento, haciendo uso de las TIC y evaluando de múltiples formas (rúbricas, Plickers, Kahoot…)
– ¿Qué recuperaría de su época de estudiante que ahora se ha perdido?
Como te decía antes, los tiempos mandan y la educación se va adaptando a ellos. Quizás echo de menos que antes se le daba mucha más importancia a los temas relacionados con el colegio.
– ¿Tienen los alumnos demasiados deberes?
Habría que preguntarse qué se entiende por demasiados deberes. Si pensamos en un niño que debe estar horas por las tardes haciendo tareas, me parece algo contraproducente. Otra cosa es la realización de tareas que se empiezan en el colegio y deben terminar en casa si no da tiempo. En su justa medida este tipo de tareas me parece bueno.
– ¿Estaría de acuerdo en que se pase curso sin aprobar todas las asignaturas?
Realmente eso ocurre. Entiendo que te refieres a un alumno con muchas áreas suspensas y con muchos contenidos curriculares sin conseguir. Si es así soy partidario de estudiar cada caso por parte del equipo docente y el departamento de orientación atendiendo a otros factores. Imagina un niño que presenta problemas curriculares y también de relación con sus compañeros. Si ese alumno ha mejorado considerablemente en el aspecto social, pero no en el académico, no veo mal que promocione con el fin de seguir trabajando junto a los compañeros del año anterior.
– Comedor, actividades extraescolares… ¿Cuándo juegan los niños?
Yo creo que los niños sí juegan. Otra cosa es que jueguen como cuando yo era pequeño. Hoy en día vivimos en una sociedad frenética en la que algunas familias no pueden dedicarle todo el tiempo que quisieran a sus hijos y a veces tienen que dejarlos “aparcados” por las tardes.
– ¿Están los profesores suficientemente valorados en nuestra sociedad?
No quiero generalizar, pero por desgracia a veces tengo la sensación de que no estamos lo suficientemente valorados, o por lo menos que no se nos valora justamente.
– Pertenece a un colegio concertado, ¿cree que se hace demasiada demagogia al enfrentar a colegios públicos con concertados?
Antes me preguntabas por lo que pediría a los políticos en temas educativos, en este aspecto te digo lo mismo, que hay que dejarse de enfrentamientos entre lo público y lo privado/concertado. Hay que pensar que los conciertos ofrecen pluraridad en la enseñanza. Yo he estudiado en la pública y mis primeros trabajos como maestro fueron allí. Estoy de acuerdo con que haya una educación pública de calidad, pero hay que entender que si la calidad de la enseñanza pública ha disminuido no es porque la educación concertada se haya quedado con sus recursos. Si cada vez hay más colegios concertados será porque las familias los demandan. Todos tenemos que luchar porque la educación sostenida con fondos públicos, del tipo que sea, tenga cada vez más medios. Enfrentarnos no nos va a ayudar a mejorar el panorama educativo de España. Por descontado que quiero una educación pública de calidad, faltaría más; pero creo que la educación concertada ofrece mayor libertad de elección a los padres.
Yo no voy a entrar en si algunos colegios concertados son clasistas o no, o si inflan notas o no. Te voy a hablar de mi centro, Santa María de la Providencia. En mi colegio hay niños de diferentes nacionalidades, con diferentes realidades familiares y con diferentes realidades económicas. No se discrimina a nadie. Ni se regalan aprobados. Se busca lo mejor para nuestros alumnos, ofreciendo una formación en valores junto con la formación académica.
