Emilio Sánchez (*)
Cuatro concejales, partiendo de cero, es un resultado fantástico. Ciudadanos logró 12.139 votos en las elecciones municipales, ante los 21.587 votos del PP. Es una pasada. Quiere decir que por cada dos votantes del PP, hubo un votante y un brazo de votante de Ciudadanos. Es brutal. Sin embargo, los 4.735 de Izquierda Unida, un tercio de los logrados por Miguel Ángel Lezcano, valen más. Mucho más. Así de tristes son las matemáticas de la política.
Valen más porque Izquierda Unida es el concejal decisivo, ha entrado en el gobierno y hace y deshace en un equipo ejecutivo, mientras Ciudadanos suda sangre para que alguna de sus propuestas se haga realidad. En ese intento, ha reavivado una polémica que parecía zanjada el mes pasado y, se mire por donde se mire, no favorece al grupo naranja: La reducción de sueldos de los concejales.
Somos Alcalá ha ganado ese asalto. Ellos son los que en campaña prometieron que no cobrarían más de tres veces el salario mínimo. Teniendo la posibilidad de cobrar casi el doble, como sus compañeros de gobierno, han cumplido con un compromiso ético al que no les obligaba nadie. Y, para poner en un brete a estos seis concejales, Ciudadanos ha llevado al pleno la propuesta para que los 27 ediles cobren como Somos.
Es una jugarreta. Ciudadanos no prometió en campaña que cobraría tres veces el salario mínimo y su portavoz no se ha comprometido a bajarse el sueldo, como Somos, tras el rechazo del gobierno a su propuesta. Así, Miguel Ángel Lezcano demuestra que no comparte el compromiso ético de Somos Alcalá, sino que ha buscado un resquicio para intentar enemistar a los componentes del gobierno.
Si Ciudadanos creyese que cobrar más de 36.600 euros al año no es ético, su portavoz renunciaría a parte de sus 50.000. Otro cantar es la crítica al gobierno por reducir sus salarios un diez por ciento y casi un cuarenta a la oposición. En esa disputa, de nuevo, Somos es el partido que puede sacar pecho.
(*) Emilio Sánchez es periodista de la Cadena Ser
