Se dice que la calle Roma –hoy Colegios- recibió este nombre por seguir el trazado de una antigua calzada romana, pero también se especula con que fuese la gran cantidad de cúpulas y espadañas en su recorrido lo que la bautizara así. Esta que hoy sirve de atalaya para una cigüeña corona uno de los últimos edificios monumentales construidos en Alcalá durante el barroco: El colegio convento de San Basilio Magno.

Cuando se fundó en 1660 sólo se pensó en seguir los cánones arquitectónicos de la Orden de San Benito pero hoy destaca la originalidad de la planta hexagonal del presbiterio de la iglesia. Los monjes Basilios sólo oraron en ella hasta 1803. En esa fecha convento y colegio pasaron a ser Academia de Caballeros Militares. Y a partir de ahí, al compás de los avatares de la historia cuartel y hasta prisión militar. Tras años de abandono, en 1996 lo adquiriría la Universidad de Alcalá para su rehabilitación y transformación en aula de bellas artes y de danza.

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