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Curiosidades de Alcalá: de porqué el cementerio viejo debe llamarse «de San Roque» / Por Mª Jesús Vázquez Madruga

Curiosidades de Alcalá: de porqué el cementerio viejo debe llamarse «de San Roque» / Por Mª Jesús Vázquez Madruga

La historiadora complutense María Jesús Vázquez Madruga nos acerca de nuevo a una historia alcalaína.

DE PORQUÉ EL CEMENTERIO VIEJO DEBE LLAMARSE DE SAN ROQUE…como dijo en varias ocasiones nuestro añorado Curro

Allí existió “desde muy antiguas épocas” la ermita de San Roque, ese santo peregrino que iba acompañado de un perro y que sanaba a los enfermos de peste.

En 1676 la ermita tenía serios daños en las paredes, en la pila de agua bendita y otros destrozos y la repara el maestro albañil Manuel Ceballos por 40 reales de vellón. El ermitaño en esa época era Cristóbal Trijueque.

Poco después en 1685, se caen dos tapias y el ermitaño escribe varias veces al Ayuntamiento sin respuesta. En 1689, el nuevo ermitaño Pedro Bermejo avisa del estado ruinoso, pero no se repara hasta 1716. Y suma y sigue, nuevas obras en 1735 y en 1743, cuando el alarife Joseph Román informa de las obras imprescindibles que necesitaba la ermita.

Corría el año 1773 cuando Ramón Merodio informa que está tan mal que el San Roque se lo llevaron a la parroquia de San Pedro en la Magistral, que “sólo sirve para ganado y gentes de mal vivir” y propone demolerla.

Así que, finalmente, la derriban en 1817 y venden los materiales (maderas, tejas, ladrillos) a Mathías Gallo por 3.370 reales. Según ese informe la ermita tenía cúpula de media naranja.

Un lector amigo me pregunta sobre las rejas del que hoy es Museo Arqueológico Regional, antiguo convento de dominicos de la Madre de Dios:

Este convento fue desamortizado y poco después su iglesia fue habilitada para juzgado, o más bien Audiencia del Partido Judicial de Alcalá. Así, que la iglesia se dividió en dos alturas, se construyó una escalera y se trasladó la entrada desde la plaza de Las Bernardas a la calle de Santiago y se abrieron siete ventanas. En total se pusieron 18 rejas de buena factura en 1882.

El resto del convento se convirtió en cárcel. En 1884 el Ayuntamiento dona la imagen de la Virgen que tuvo su fachada al convento de San Juan de la Penitencia, por petición de las monjas, imagen que fue colocada en el atrio de la iglesia donde puede verse hoy.

El convertir el edificio en sede del Museo Arqueológico, se eliminaron las ventanas, todas, no sólo las 7 que se abrieron y también las rejas. Alguien me dijo que se depositaron en dependencias municipales…Puede ser

El caso es que, el ciudadano de a pie se pregunta cómo es que no se tapiaron las ventanas del Museo del Prado, del Thyssen…y tantos otros.

Por María Jesús Vázquez Madruga