Por Saúl Quijada
Hablamos con el realizador y director audiovisual complutense, Dan Barreri, para hablar de su trayectoria en el mundo del videoclip musical y conocer de primera mano los entresijos que se esconden detrás de las cámaras. Foto de portada/ Silvia Calderón.
Si introducimos en el buscador de Google la palabra videoclip, aparecen decenas de trucos, guías y consejos para grabar un buen vídeo de manera casera o profesional. La técnica y la preparación académica la tenemos pero, ¿cómo se consigue transmitir con imágenes lo que un músico ha expresado con palabras?, ¿por qué hay videoclips musicales que tienen más reproducciones que la propia canción? “A veces, parece que le estamos dando una nueva vida a la canción y la gente puede descubrir matices y detalles que únicamente con el sonido no se perciben. Asociamos imágenes del videoclip a los versos” afirma Dan Barreri, nuestro protagonista de hoy y creador de los vídeos musicales de Rayden, Vaho, Sharif o Royal Flash entre otros. Dan, Fer Taranco y Oihane Gónzalez forman Ingeniapro, la delantera mítica de la producción audiovisual.
El artista complutense sintió el gusanillo de la cámara desde muy pequeño, “he amado el videoclip toda mi vida. Antes de que existiese Youtube bicheaba mucho por Internet y me descargaba vídeos para grabarlos en un DVD y verlos con mi padre. Estudiando Audiovisuales decido comprarme una cámara y esa misma noche Chakal me propone hacer un vídeo”. 36 videoclips después y con más de ocho millones de visitas, los proyectos de Dan nacen de la mínima expresión para poder llegar a la máxima de la mejor forma posible. “Me he complicado mucho la vida para después poder complicármela menos. Hay que aprender que menos es más pero mis trabajos son acumulativos, con muchas capas y colores”.
Dan recibe la idea en forma de canción para empezar a probar e imaginar cuál es la imagen que mejor encaja con los versos. “Los plazos son sencillos, necesito dos semanas para elaborar un guión, un mes de producción, tres días de rodaje y el menor tiempo posible en la postproducción. La potestad de la idea la suelo llevar yo y, poco a poco, la vamos mutando en función de la economía y las necesidades. Por ejemplo, con Rayden no podemos fallar porque tiene un público objetivo enorme y la repercusión es alucinante. Esa responsabilidad me encanta”. ¿Esa responsabilidad luego se ve recompensada por la crítica especializada? “Lo bueno de trabajar en el mundo del hip-hop es que los medios de comunicación se hacen eco de todo lo que rodea a la canción, desde la base, la portada o el videoclip. Salirse de la línea y hacer cosas diferentes es un trabajo que nos gusta”. Las localizaciones son una de las piedras angulares en cualquier grabación, “Alcalá sale de manera natural entre David y yo. En el video de “Viviendo en gerundio” queríamos representar una línea recta y la mejor localización para hacerlo era la calle Mayor. Es la línea recta más bonita de Europa”.
Por último, ¿a nivel local estamos carentes de vídeos musicales? “En general, hay un desconocimiento de la industria audiovisual en nuestro país. A nivel local, creo que hay grupos que tienen mucho potencial pero les hace falta despegar para llegar a un nivel de inversión en el que puedan centrar los esfuerzos en un vídeo. Muchas veces llegan con el cuánto cobras antes que la propuesta y lo considero un error, porque si es buena mutamos la idea dependiendo del presupuesto. Nos dejamos el alma en cada vídeo”. 3, 2,1…Grabando.
