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David Vicente: «Debemos luchar para sacar la creatividad a flote»

David Vicente: «Debemos luchar para sacar la creatividad a flote»

David Vicente presenta su nuevo libro Esto podría ser un gambito de dama, pero es una canción de amor. Podría ser un libro normal, pero no lo es; podría ser una historia más, pero no, no lo es. Vicente, que dirige La Posada de Hojalata, una escuela de escritura creativa donde se despierta el talento, predica con el ejemplo en esta novela, que presentó hace unos días en los encuentros de la Librería de Javier.

– ¿Por qué podría ser un gambito de dama, pero es una canción de amor?

– La trama de la novela parte de la olimpiada de ajedrez de Salónica en 1988. Una ajedrecista soviética, Elena Ajmilóvskaia, huye con el entrenador del equipo EE.UU. A partir de ahí comienza una historia en la que todos los personajes acaban siendo piezas sacrificadas dentro del gran tablero que es la vida (el gambito en ajedrez es un sacrificio). Pero principalmente se trata de una historia de amor.

– A Rajoy le pudieron dar jaque mate, pero al final logró tablas. ¿Faltaron peones en la izquierda y sobraron reinas?

– Creo que los ciudadanos tenemos lo que nos merecemos y lo que hemos votado. Nosotros somos los que tuvimos la oportunidad de dar jaque mate en las urnas en dos ocasiones. No solo no lo hicimos, sino que la segunda vez le situamos estratégicamente mejor en el tablero político. Por lo tanto, como le digo, tenemos lo que nos merecemos.

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– ¿Cómo surgió la idea del libro?, ¿cómo surge una idea para escribir?

– La idea el libro surgió a raíz del obituario de Elena Ajmilóvskaia, escrito por el periodista especializado en ajedrez Leontxo García. Soy muy aficionado al ajedrez y quería contar ese hecho histórico en los últimos años de la Guerra Fría. Al final la novela se transformó en otra cosa y todos los personajes, incluidos los que pudieran tener un anclaje en el mundo real, acabaron pasando por el tamiz de la ficción. Las ideas surgen de cualquier sitio. Yo me baso mucho en lo que me sugiere un personaje, aunque no siempre tenga clara la trama. Decía Flannery O’Connor que cualquiera que haya vivido hasta los dieciocho tiene historias para toda una vida.

– Esto podría ser un gambito de dama, pero es una canción de amor. ¿Cuántas vueltas dio al nombre?

– Pues no muchas, la verdad. Yo creo que lo tenía claro antes de terminar la novela. Me gustan los títulos que dicen algo, que juegan con lector.

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– ¿Estamos enrocados en los 140 caracteres?

– Twitter y las redes sociales, en general, son parte de nuestro mundo actual, nos guste o no. Se trata simplemente de un medio donde se intercambia información, con sus defectos y sus virtudes. No, no creo que estemos enrocados en los 140 caracteres. Es más, literariamente creo que los escritores a veces vivimos de espaldas a nuestra época. Seguimos escribiendo como en el siglo XIX. Pero en el siglo XIX no existía internet, las redes sociales, el cine, las series de TV… Eso produce una literatura clónica en las estanterías de las librerías. Creo que deberíamos ser más permeables, en términos literarios, al mundo en el que vivimos.

– Con todos los libros que se publican hoy día, ¿por qué tengo que leer el suyo?

– (Risas). Resultando un poco prepotente, porque trata de no ser una de esas novelas clónicas.

– El ajedrez forma parte del libro. ¿Tendría que ser asignatura obligatoria?

– El ajedrez tiene muchos beneficios, tanto educativamente como a nivel social. Hay muchos estudios que así lo demuestran. Además de ser un juego fascinante. Sí, creo tendría que estar incluido dentro de los planes de estudios, como ya lo recomendó la UNESCO en 1995.

– Año Cervantes, Alcalá de Henares, todo suena a cultura, ¿usted cree que Alcalá es una ciudad cultural?, ¿cómo la potenciaría?

– Alcalá de Henares es una ciudad que tiene un escenario histórico/cultural indudable. Pero creo que la realidad de su día a día es otra. Una realidad que no difiere mucho de la de cualquier otra ciudad española, en la que la cultura se arrincona y pasa a un tercer plano en las agendas políticas. En primer lugar, deberíamos tener claro que hay vida más allá de Cervantes y que nuestros jóvenes (y no tan jóvenes) demandan apuestas culturales serias, de futuro y sostenibles en el tiempo. Es un tema que nos daría para mucho más que los 140 caracteres de los que usted hablaba antes y para el espacio que nos proporciona esta pregunta. Pero, desde luego, una ciudad como esta se merece mucho más.

– En La Posada de Hojalata ayudan a crear, ¿hay talento creador?

– Decía Truman Capote que todas las personas tienen la disposición de trabajar creativamente, lo que sucede es que la mayoría jamás lo nota. Estoy de acuerdo. Yo creo que todos, en mayor o menor medida, somos creativos. Lo que sucede es que este mundo de velocidad, prisas, obligaciones y rutina, en el que estamos sumergidos, a veces nos entierra esa creatividad. Pero la creatividad es necesaria para todo, no solo para desarrollar una profesión artística. Debemos luchar por sacarla a flote.