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Dos estudiantes de la Universidad de Alcalá crean la Guía de Accesibilidad de Aplicaciones Móviles para Hacienda

Los estudiantes de doctorado del departamento de Ciencias de la Computación de la UAH, Juan Aguado Delgado y Francisco Javier Estrada Martínez, tutelados por el catedrático José Ramón Hilera, han sido los encargados de crear la Guía de Accesibilidad de Aplicaciones Móviles que ya se puede ver y descargar en la página web del Ministerio de Hacienda y Función Pública.

Esta guía tiene como objetivo fundamental que las personas con discapacidad tengan un acceso más fácil al uso de las aplicaciones móviles que, en ocasiones, sobre todo para personas que tienen problemas visuales, es muy restringido. Además, a partir del año 2021, será de obligado cumplimiento para los desarrollos del sector público satisfacer la Directiva europea que exige a las aplicaciones móviles un diseño realizado con criterios de accesibilidad.

La guía está diseñada para que pueda ser útil a profesionales de distintos perfiles: desarrolladores, editores de contenido y, en general, a cualquier persona relacionada con el ciclo de vida de una aplicación móvil, desde el momento inicial de su diseño hasta la gestión de los contenidos y monitorización durante la fase de producción.

Como señala Francisco Javier Estrada, invidente y estudiante de doctorado en la UAH, a las personas que no padecen algún tipo de discapacidad les resulta complicado ponerse en el lugar de alguien que sí las sufre y tiene que aprender a vivir con ellas cada día y a luchar por integrarse en un mundo que, a día de hoy, se mueve a ritmo de imágenes. De ahí que estos estudiantes, que están llevando a cabo tesis relacionadas con la accesibilidad del software, asumieran desde el principio con entusiasmo el reto de generar una guía que sirviera de base a profesionales muy diversos a la hora de trabajar para la administración pública, además de fijar unos puntos clave fundamentales que deben satisfacerse para poder adjudicar contratos bajo criterios de accesibilidad con estos organismos.
La guía contiene, por un lado, perfiles de los tipos de discapacidad existentes y su impacto en las características de las aplicaciones desarrolladas para dispositivos móviles; también señala un listado de buenas prácticas de accesibilidad aplicables tanto durante el proceso de creación como sobre el producto final de las aplicaciones e incluye los criterios de evaluación para saber si una aplicación es accesible o no.

Asimismo, la guía recopila una serie de herramientas para poder construir una aplicación accesible de forma rápida y sencilla y/o para evaluar su nivel de accesibilidad, incluyendo una sección que habla de los productos de apoyo, que ayudará a los desarrolladores a comprender cómo interactúan los usuarios con discapacidad con las aplicaciones móviles.

Todo ello se completa con un ejemplo de código de una sencilla aplicación destinada a la gestión de tareas pendientes ofrecida en dos versiones (una accesible y otra no accesible), a través de la cual es posible evidenciar qué acciones y características son convenientes en Android y en iOS. Dicho ejemplo está disponible de forma libre en GitHub.

La recomendación principal es que cualquier desarrollador de apps piense en lo que se denomina ‘accesibilidad universal’, es decir, que contemple la totalidad de perfiles de discapacidad de forma simultánea, tanto sensoriales como cognitivas o de otro tipo. Para ello se recomienda un diseño homogéneo que facilite al usuario encontrar aquello que busca situándolo siempre en el lugar esperado, en base a su experiencia previa: mantener el título, el botón de opciones, el cuadro para escribir o el menú en el mismo sitio para facilitar no solo la accesibilidad sino también la usabilidad del producto. También es importante aprovechar las propiedades que ofrece la plataforma del sistema, incorporando, por ejemplo, texto alternativo en las imágenes y los iconos. Evitar pantallas hostiles sería otro consejo relevante, o lo que es lo mismo, disponer de una buena paleta de colores que facilite el contraste entre el texto y el fondo y que no sea problemática para las personas con daltonismo, sin ir más lejos.

Esta guía ha sido posible gracias a la financiación del programa ESVI-AL (Educación Superior Virtual Inclusiva-América Latina), en colaboración con la Comunidad de Madrid y la UAH y su fin último es tratar de mejorar las situaciones de marginación y de exclusión social que se puedan estar produciendo debido al no cumplimiento de criterios de accesibilidad con que se diseñan muchas apps.

No siempre es una cuestión de dinero, agrega Juan Aguado, ‘sino de interés y de estar atentos y concienciados desde los compases iniciales del proceso de desarrollo. Además, el coste se reduce considerablemente cuando se tienen en cuenta los criterios de accesibilidad desde el minuto uno’.