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El 2 de diciembre de 1998, un día de grandes recuerdos / Por María Aranguren

El 2 de diciembre de 1998, un día de grandes recuerdos / Por María Aranguren

Para todos los alcalaínos el 2 de diciembre de 1998 dejó de ser un día más para convertirse en un día de grandes recuerdos. Ese fue el día en que la UNESCO declaró que la Universidad y el centro histórico eran Patrimonio Mundial. Los alcalaínos tendemos a ensalzar (cargados de razones) los grandes valores de nuestra ciudad, y aquel hecho fortaleció sin duda ese alegato apasionado con el que defendemos el nombre de Alcalá. Una defensa más que justificada con tan alta distinción.

Ese sentimiento compartido proviene quizá de una herencia de siglos atrás. De aquel movimiento ciudadano, primer modelo del moderno crowfunding, que surgió en torno a la idea de preservar el patrimonio ante el incierto futuro que se cernía sobre el legado cisneriano. Podemos pensar que sin la existencia de la Sociedad de Condueños el destino de los edificios muy probablemente sería distinto al actual, y con seguridad no ostentaríamos hoy el título de Ciudad Patrimonio. Algo que desde luego hubiera sido una fatalidad y, por el contrario, supone un gran honor y también una gran responsabilidad.

La UNESCO recomienda la adopción de medidas encaminadas a la protección del Patrimonio Histórico, que en Alcalá se tienen muy en cuenta. El Ayuntamiento dedica esfuerzos a la protección, desarrollo y rehabilitación de espacios, así como a la adaptación de estos a los nuevos tiempos, haciéndolos más accesibles y sostenibles. En esta compleja tarea contamos con grandes aliados como la Universidad de Alcalá, unida indefectiblemente a la ciudad y también a su futuro.

También sumamos a otros aliados con los que compartimos título, esas otras 14 Ciudades Patrimonio españolas con las que formamos un selecto grupo generador de sinergias y conocimiento que no habríamos obtenido de otra manera. Un grupo que nos acerca y nos permite conocer distintas realidades y trabajar en la resolución de problemáticas similares a las que se enfrentan nuestras ciudades. Algo verdaderamente positivo que permite aunar fuerzas para defender intereses comunes.

Alcalá es Ciudad Patrimonio, además. Alcalá es un punto de referencia nacional: ciudad literaria y cultural. Alcalá es una ciudad viva, que sale a la calle y que disfruta de los grandes eventos que salpican el calendario. Alcalá es una ciudad intercultural que ha crecido con la llegada de personas de muchos rincones de España y, más recientemente, de otros países en busca de un futuro mejor. Culturas que conviven como lo hicieran antaño musulmanes, judíos y cristianos en este mismo espacio.

Explicamos la historia de la ciudad sobre la base de esa historia de las tres culturas. Se la explicamos a las decenas de miles de personas que visitan cada año nuestra ciudad. Porque el turismo se ha convertido en una importante fuente de riqueza para Alcalá, un turismo que ha crecido exponencialmente en los últimos 20 años, y de manera muy significativa desde 2016 a la vista de los datos que cada mes publica nuestro sector hotelero. Un turismo cultural, en el más amplio sentido de la palabra, que supone una gran oportunidad para la generación de empleo.

En definitiva, el título de Ciudad Patrimonio está cargado de fortalezas y oportunidades. Hoy, 2 de diciembre, cumplimos 20 años de aquel momento de máxima felicidad, un auténtico hito en la historia milenaria de la antigua Complutum que seguimos celebrando a diario con el mismo entusiasmo y el mismo orgullo, y con la responsabilidad compartida de saber que debemos seguir trabajando para conservar la parte más noble de nuestro pasado para que siga reconociéndose en el futuro.