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Alcalá firma un convenio para el estudio de un sistema de calefacción con energías renovables

El alcalde de Alcalá, Javier Rodríguez Palacios, la primera teniente de alcalde y concejala de Patrimonio, Olga García, el concejal de Medio Ambiente, Alberto Egido, y el representante de Alcalá District Heating, Teo López, han firmado y presentado el proyecto energético Alcalá District Heating, una red de calor urbana cuya energía se obtiene de fuentes renovables, como la biomasa y la energía solar de concentración.

El proyecto pretende utilizar paneles solares y calor urbano que podría abastecer a Alcalá a través de energías renovables: solar térmica de concentración apoyada por una central de biomasa. Su uso podría llegar potencialmente a 12.000 de viviendas de la ciudad, además de a numerosas empresas, y supondría una considerable reducción de la factura energética. A esta iniciativa que la empresa pondrá en conocimiento de la comunidades de vecinos se podrían adherir aquellas que lo deseen o consideren que pueda serles beneficioso. Es un proyecto que se podrá implementar a medio plazo.

El alcalde de Alcalá de Henares, Javier Rodríguez Palacios, ha manifestado que «hoy presentamos una iniciativa de una empresa privada que requiere de la colaboración del Ayuntamiento a la hora de su implantación y plantea una tecnología potente, sostenible y además económica. Estamos encantados como Ayuntamiento de firmar este convenio y colaborar en esta iniciativa para demostrar que lo sostenible no tiene por qué ser más caro».

Olga García, concejala de Infraestructuras y Vivienda, celebra «los proyectos que lleguen a la ciudad para mejorar nuestra calidad de vida, porque en casos como este nos referimos a un cambio de nuestro modelo energético, porque la implantación de estos sistemas que utilizan energías renovables podría llegar a reducir hasta 40 mil toneladas de CO2 al año, lo que supondría una enorme mejora del aire de nuestra ciudad». El proyecto abre otras oportunidades, como explica Olga García, porque «las 4.000 toneladas de poda que la ciudad genera cada año, y que ahora mismo cuesta dinero deshacernos de ellas, pudieran ser adquiridas para generar energía y aprovecharlas como fuente de calor. Así estaríamos cerrando un círculo de protección medioambiental».