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El botellón perjudica seriamente la salud entre los jóvenes según un estudio

Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid que colaboran en el Programa de actividades de I+D con acrónimo NEUROTEC-CM financiado por la Consejería de Educación, Juventud y Deporte de la Comunidad de Madrid han obtenido resultados de un ambicioso estudio sobre los efectos neurológicos del consumo intensivo de alcohol en los patrones de actividad magnética cerebral.

El laboratorio donde trabajan estos investigadores es el único del país que dispone de la técnica de neuroimagen conocida como magnetoencefalografía (MEG), que registra la actividad magnética cerebral, y que emplea esta técnica tanto en uso clínico como en proyectos de investigación

El estudio se realizó con una muestra de 100 jóvenes universitarios de 18 años (50 no bebedores y 50 que cumplían conun patrón de consumo intensivo). A todos ellos se les realizó un registro MEG, y se analizaron los datos midiendo la conectividad funcional entre distintas partes del cerebro. Analizando los resultados se ha observado que el grupo de “bebedores” tiene una disminución en conectividad en una de las frecuencias cerebrales (alpha) y afecta a las áreas más involucradas en la toma de decisiones.

Además, la disminución de esa frecuencia se correlaciona de manera lineal con la cantidad de alcohol que suelen ingerir. Paralelamente, también se ha constatado que se produce un incremento de la actividad del resto de las bandas por un efecto de compensación.

La conclusión más relevante  en esta primera fase del estudio indica que practicar botellon cada fin de semana es más peligroso de lo que pueda aparentar, sobre todo cuando dicha actividad consistente en pequeñas y continuadas intoxicaciones etílicas se convierte en habitual en los jóvenes entre 16 y 30 años, dado que su cerebro es más plástico, pero también más vulnerable.