Artículo de Opinión que nos remite el Grupo en Defensa del Patrimonio Complutense
Reloj y retablo de El Encín: siglos de vida
Muchos conoceremos, aunque sea de oídas, El Encín. Una fantástica finca de investigación agraria a las afueras de Alcalá de Henares. Antaño de propiedad estatal y hoy perteneciente a la Comunidad de Madrid, es una de las sedes del IMIDRA (Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario).
Sin embargo, quizá no tantas personas sepan que, en la Edad Media, este lugar fue un paraje con su propia identidad. En el siglo XIX Federico Luque lo compra y convierte en finca puntera, aplicando en su explotación los métodos más novedosos de la época. Luego, pasaría por diferentes propietarios y avatares.
Pero no termina ahí el interés de este antiguo poblado: su patrimonio histórico también es importante y, por desgracia, bastante desconocido. Entre las mejoras que introdujo, Federico Luque compró un reloj a la muy afamada Casa Canseco, que sería colocado en la plaza frente a la casa-palacio de El Encín.
Pongámonos en antecedentes. El leonés Antonio Canseco fue el relojero por excelencia del siglo XIX y parte del XX. Patentó un novedoso sistema; sus relojes para iglesias y ayuntamientos tenían un enorme prestigio, porque no necesitaban reparaciones. Tan lejos llegó su fama, que viajó a la misma Jerusalén para instalar un reloj en la iglesia del Santo Sepulcro. Los reparadores ambulantes de relojes intentaron atacar su fábrica, porque se quedaban sin trabajo debido a la excelente calidad de sus trabajos.
El reloj de El Encín está incluido en el inventario de la casa relojera Canseco, comprado en 1892. Abandonado a su suerte durante años, sin uso, ha sido restaurado recientemente. Feliz noticia, albricias. Esperamos verlo de nuevo pronto en su lugar original, para regocijo de propios y extraños. Que no pierda El Encín esa parte de su patrimonio e historia.
Pero aún hay más. Había en la capilla-iglesia un retablo del siglo XVII (exactamente, datado en 1687) representando ―como no podía ser menos habida cuenta del lugar― a San Isidro Labrador, patrón de los agricultores. Sin embargo, todavía espera su necesaria restauración.
La iglesia, reconstruida como todo el conjunto en época de Franco (años 50), para dar servicio a la colonia agraria, se encontraba abandonada y en muy mal estado. Hoy, felizmente restaurada, desacralizada, seguramente será dedicada a actividades culturales. Lo que se desconoce es el destino del retablo, si volverá a su lugar de origen. Esperamos que así sea y que no se pierda más patrimonio histórico y artístico en un lugar tan especial.
Aún hoy, muchas familias de Alcalá que vivieron y/o trabajaron en El Encín, recordarán con cierta nostalgia las bodas, bautizos, fiestas, etc., que se celebraron allí.
Es muy positivo y de agradecer que se recupere la iglesia, como espacio cultural o para el uso apropiado que decidan darle. Pero nos preguntarnos con una cierta preocupación qué será del reloj y del retablo, qué destino tendrán. Si se quedarán o si sufrirán el exilio, provocando una pérdida más de nuestro patrimonio.
¿El reloj y el retablo seguirán siendo patrimonio de El Encín y por tanto de Alcalá?
GRUPO EN DEFENSA DEL PATRIMONIO COMPLUTENSE