El fútbol también es esto. Mejor dicho, por encima de otras consideraciones, el fútbol es esto. Julio Romero, Nino, eterno presidente de la Peña Madridista de Alcalá de Henares, y su restaurante emplazado en la céntrica calle Mayor, donde hasta sus famosos champiñones respiran madridismo, ha dedicado un rincón a un atlético de corazón, pero sobre todo a un amigo. Desde hace unos días, el ex jugador del Atlético de Madrid Gabi Moya cuenta con un espacio en este templo blanco, donde hay imágenes de toda su trayectoria con los equipos en los que ha jugado. Desde que era un crío en Escolapios hasta el Valencia, pasando por el Valladolid, el Mallorca, el Sevilla y, por supuesto, el equipo del Manzanares. «Es un homenaje que el restaurante Nino hace a un amigo», afirmó Julio Romero durante la inauguración de este espacio.
Moya y Nino son amigos desde que el ex futbolista internacional iba a comprar los bocadillos de tortilla cuando salía del recreo del Santo Tomás. Comparten muchas horas, juegan a la pocha, donde Nino también es ‘internacional’, y hablan y hablan de fútbol.
No hay foto de Moya con la camiseta del Real Madrid, pero en la inauguración de su rincón en el Nino, el ex jugador desveló que tuvo un preacuerdo con el equipo blanco. Fue cuando las aficiones del Celta y el Sevilla se echaron a las calles para salvar del descenso administrativo de los dos clubes. Moya militaba en el club hispalense y, si se hubiera consumado el descenso, habría fichado por el Real Madrid que entonces entrenaba Jorge Valdano en una Liga que finalmente jugarían 22 equipos.
Esa fue la anécdota de una jornada que dejó muchísimos recuerdos. La foto de Moya con sus compañeros de colegio de Escolapios, fotos con sus camisetas de la RSD Alcalá, Valladolid, Atlético de Madrid Sevilla, Valencia, Mallorca o en uno de sus cinco partidos con la selección española. Se habló mucho de fútbol, de Luis Aragonés, que siempre contó con Moya, tanto en el Atleti, como en el Sevilla o el Valencia. De su inicio en el Alcalá y el final de su carrera deportiva también en el club rojillo con el ascenso a Segunda B. Y de Simeone, con el que coincidió en el club hispalense. «Ya era un segundo entrenador en el campo», afirma Moya, que reconoce que donde más querido se ha sentido ha sido en el Sevilla. «Hace poco fuimos allí a ver un partido de Champions, me reconocieron y comenzaron a cantarme ‘Forza Gabi Moya, ehh», recuerda el ex futbolista.
El ex futbolista habló de alguno de los jugadores que más le han impresionado. Del Madrid le encantaba Martín Vázquez, que de pequeño jugaba en los Escolapios, pero de Pozuelo, a Valerón o Schuster, pero sobre todo a Futre, su ídolo. De los defensores más difíciles se queda con Ferrer y Sergi, que eran «incansables» en la marca.
En definitiva, se habló de fútbol, que también es eso. La amistad por encima de los colores, un abrazo por encima de la rivalidad. Fútbol para resumir el propio fútbol.