Empate in extremis de la RSD Alcalá

La RSD Alcalá suma un punto in extremis en casa frente al Lugo Fuenlabrada en un partido plano y sin ideas para los de Fran Blasco

Por Saúl Quijada

Día solidario en el Municipal de El Val. A lo largo de esta semana, la RSD Alcalá ha lanzado una gran iniciativa a través de la web y redes sociales; una recogida solidaria de alimentos. Es decir, todas las personas que depositasen un kilo de comida en la puerta del estadio serían obsequiadas con una entrada para el partido. Buena idea y mejore resultado; más de 200 kilos de comida se han recogido. El problema ha venido cuando la solidaridad se ha trasladado al terreno de juego.

Afrontaba el Alcalá el encuentro con la esperanza de volver a reencontrarse con la victoria y, de esta manera, despedir el año con una victoria delante del público rojillo. El plan no ha funcionado. Fran Blasco decidió sentar a jugadores de la talla de Juli, Palacios o Lombán para dar entrada a Diego, Valcárcel y De La Cuerda. Canteranos que semana a semana se ganan su puesto en el once a base de trabajo. El partido comenzó con un Alcalá muy plano y sin ideas, con ganas de llegar pronto a portería y con la ansiedad propia de un equipo que mira la clasificación con miedo y dudas. Por su parte, el Lugo Fuenlabrada, equipo recién ascendido, planteó el partido sin ataduras, sueltos y con las ideas claras para llegar a la portería de Juancho. El primer aviso tuvo lugar en una falta lateral que hizo volar al portero complutense. En la siguiente ocasión los amarillos no perdonaron y Muñoz envió el balón a la red después de lanzar una falta desde la frontal que no acertó a detener Juancho. Una coyuntura inesperada en El Val que provocó los primeros pitos de la mañana y el tiempo de descanso.

Con una afición expectante y con una plantilla unida para la causa arrancaban los segundos cuarenta y cinco minutos. A medida que avanzaban los minutos el choque se fue convirtiendo en un monólogo del Alcalá que controlaba la situación buscando el peligro por las bandas con las subidas de Maikel y Sergio. Había ganas pero faltaba acierto. Los visitantes achichaban ataques como buenamente podían y esperaban sentenciar a la contra. Hubo que esperar hasta el minuto 88 para cantar el gol del Alcalá. Una vez más, Mateo sacó el guante de su pierna derecha en una falta directa para colar el balón donde quería; pegado al poste. Un gol que animó al cuerpo técnico y a los jugadores a buscar la victoria con más corazón que cabeza pero sin fortuna. Finalmente, reparto de puntos que sabe a victoria en Fuenlabrada y a derrota en Alcalá. Quizá, hubo una extrema solidaridad sobre el césped.