Fumar en terrazas cerradas es igual de nocivo que fumar dentro del bar, según un estudio de la Universidad de Alcalá

El grupo de investigación Epidemiología Social y Cardiovascular de la Universidad de Alcalá ha desarrollado un proyecto financiado por el Fondo de Investigación Sanitaria para analizar cómo influye el entorno urbano en el consumo de tabaco. La primera conclusión no tiene fallas: fumar en terrazas de bares y restaurantes también afecta a los fumadores pasivos y, si éstas están cerradas, como suele ser habitual ahora, que empieza a refrescar, las concentraciones de nicotina y partículas nocivas se disparan a niveles similares o incluso superiores a los del interior de los locales de hostelería cuando se podía fumar en éstos.

Este proyecto, liderado por la investigadora de la UAH, Xisca Sureda, no deja lugar a dudas: la ley de prevención y control del tabaquismo no se cumple en su totalidad y, desde luego, se incumple de forma masiva en las terrazas de la ciudad de Madrid, donde se ha realizado el trabajo de campo, que ha consistido en medir, por un lado, los puntos de venta y tipo de tabaco que se comercializa en la capital y, por otro, analizar la exposición pasiva y la visibilidad de consumo en sus barrios.

De mayo a septiembre el estudio se ha llevado a cabo en un total de 42 barrios, donde se han muestreado 200 locales de hostelería. ‘Recogíamos información tanto de la visibilidad de consumo en las entradas de los locales como en las terrazas. Y en prácticamente todas las terrazas también medimos los niveles de exposición pasiva mediante nicotina aérea y partículas inferiores a 2,5 micras. De octubre a diciembre, por otra parte, se repitieron las mediciones en 11 barrios y se volvieron a analizar y realizar mediciones en una submuestra de terrazas. En total, se analizaron 92 terrazas durante estos meses’, explica la investigadora.

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Las conclusiones son claras: en el 95% de las terrazas, tanto en verano como en invierno, se fuma y, a nivel global, los niveles están un poco por encima de los recomendados por las guías de calidad del aire de la OMS, que dan un valor-guía de 10 microgramos/m3, por encima del cual se ha observado incremento en la mortalidad y efectos negativos para el sistema cardiovascular y el sistema respiratorio. ‘Al estratificar, se observa que las concentraciones de nicotina y partículas se incrementan al aumentar el número de fumadores, independientemente de cómo sea la terraza. Y, desde luego, también se disparan cuando la terraza está completamente cerrada, llegando a valores de casi 80microgramos/m3. Estos niveles son comparables o incluso superiores a los que obteníamos en locales de la hostelería cuando se permitía fumar dentro’, señala Sureda.

Los datos apuntan a que gran parte de los locales de hostelería están incumpliendo la ley de prevención y control del tabaquismo respecto a las terrazas: ‘existe una normativa que prohíbe el consumo de tabaco en las terrazas que tienen techo y más de dos paramentos laterales. Vimos que durante los meses fríos en el 80% de las terrazas se incumple esta premisa. En verano, solo un 10% la incumple. Esto significa que se está permitiendo fumar en terrazas que, ni en la forma ni a nivel normativo lo son, con el perjuicio que ello provoca en fumadores pasivos, empezando por los propios camareros del local y continuando por el resto de los clientes’.

En el caso de las entradas de locales, en un 80% de bares y restaurantes hay visibilidad de consumo, sin distinción entre el invierno y el verano. ‘Observamos también que los propietarios de los locales utilizan varias estrategias para facilitar el consumo en estas entradas: barriles, mesas y taburetes con ceniceros…e, incluso, hay algunos que disponen de entradas retranqueadas al propio local dedicadas a los fumadores, que son espacios prácticamente cerrados’, agrega la investigadora.

Las repercusiones del estudio no se han hecho esperar y, auspiciados por la ONG Nofumadores.org, miembros del grupo de investigación se han reunido con los responsables de la comisión de sanidad de algunos grupos parlamentarios a nivel nacional para la posibilidad de abordar este asunto y otras medidas para mejorar la actual normativa.

Además, el estudio continuará en una segunda fase en la que se realizará un análisis socio-demográfico sobre visibilidad de consumo de tabaco en espacios exteriores de Madrid para saber en qué barrios se consume más tabaco y dónde: paradas de autobús, exteriores de locales de hostelería, exteriores de edificios públicos…