Abre sus puertas el día 8 en la Fundación de Antezana de Alcalá
Con motivo del Quinto Centenario de la Primera Vuelta al Mundo, se ha organizado esta Exposición que se sustenta en el libro “La botica en la Expedición de Magallanes y Elcano”, de los doctores en Farmacia por la Universidad de Sevilla, Cecilio J. Venegas y Antonio Ramos. En dicha publicación se reproduce facsimilarmente el valioso documento custodiado en el Archivo General de Indias con la relación de las medicinas embarcadas en la nave junto con su transcripción y estudio. La Exposición ha visitado ya países de tres continentes.
En la Exposición recrean los remedios que portaban en la expedición, como el ungüento confortativo, la atutía o los polvos de diamargaritón, así como el utillaje propio farmacéutico en forma de balanzas, caja de preparación de medicamentos, morteros, albarelos… Acoge, también, entre otros materiales, mapas facsímiles, una reproducción de la nao ‘Victoria’, astrolabio, vasijas… Y especias que trajeron, no olvidemos que fue una expedición comercial, como la nuez moscada, el azafrán, la pimienta negra, el sándalo, el jengibre o la canela.
La Exposición además recogerá una atractiva serie de conferencias, visitas y actividades que darán comienzo la mañana del viernes 8 de noviembre a las 10h, en el que quedará inaugurada, y se prolongarán hasta el miércoles 8 de enero.
La Exposición y las actividades paralelas tendrán lugar en el antiguo Hospital de la Misericordia, de la Fundación de Antezana, en su sede de la calle mayor, 46, en Alcalá de Henares, Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Esta iniciativa es fruto de la colaboración de la Fundación Antezana, Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, Museo de la Facultad de Farmacia de Sevilla, AGNYEE (Amigos de los Grandes Navegantes Españoles) y AEFLA (Asociación Española de Farmacéuticos de las Artes y las Letras).
En 1519 y al servicio de Carlos I, el portugués Hernando de Magallanes, o Fernão de Magalhães, partía del puerto de Sevilla capitaneando una expedición que buscaba abrir una ruta comercial que alcanzase las Indias Orientales atravesando los océanos Atlántico y el Pacífico. En su camino descubrió un canal natural navegable, al que se dio su nombre, y realizó la primera circunnavegación europea de la Tierra.
Tras su muerte en Filipinas en 1521, se hace cargo de la expedición Juan Sebastián Elcano que regresó a España al año siguiente al decidir navegar hacia el oeste atravesando el océano Indico y circunvalando el continente africano.
La expedición fue muy costosa en vidas. El hambre, las enfermedades, los temporales, las insurrecciones y ciertos enfrentamientos con nativos hicieron que de los 239 hombres que salieron, sólo 18 recalaran el 6 de septiembre de 1522, a bordo de la nao Victoria, en Sanlúcar de Barrameda, la única de las seis que culminó la hazaña.
Un boticario
Tanto el libro, como la exposición, versan sobre el farmacéutico sevillano Juan Bernal.
Quien, aunque tenía su botica en el barrio sevillano de San Andrés, embarcó en las cinco naves con las que arrancó la expedición llevando hasta sesenta tipos de medicamentos por los que le pagaron 13.000 maravedies.
Bernal era una persona destacada en los ambientes científicos y económicos de la Sevilla del XVI, lo que conectaba su trabajo directamente con el Nuevo Mundo. A pesar de sus avanzados conocimientos, los medicamentos que fueron embarcados en las naves poco pudieron hacer para salvar la vida a la mayoría de los hombres que se enrolaron en la expedición de Magallanes. Fueron víctimas de enfermedades como el escorbuto, de la falta de suministros y de lo desesperada que llegó a ser la situación en varios momentos de la vuelta al globo.
Y a la vuelta
En el viaje de retorno, Elcano y sus hombres desembarcaron especias desconocidas para Europa. Traídas desde el Pacífico, abrirán un acceso fácil a nuevas plantas, nuevos conocimientos y nuevas tierras para todo el continente.
Especias que sirvieron para aromatizar los alimentos, como la pimienta, el clavo o la canela; pero, encontraron otras tantas con características terapéuticas, antisépticas y conservantes, como el azafrán, con propiedades digestivas, antioxidantes, respiratorias y cardiovasculares; la canela, antiagregante y antitrombótico; el jengibre, antiinflamatorio, analgésico y con propiedades para proteger el hígado y paliar las náuseas; la nuez moscada, antibacteriano y antiinflamatorio; o la pimienta, que en el pasado se usaba como tratamiento para la gonorrea y la bronquitis crónica.
La exposición La botica en la expedición de Magallanes y Elcano trata de dar al visitante una idea fehaciente de cómo era la navegación de la época y qué medicamentos, útiles y especias se utilizaban.