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La lucha de las mujeres trabajadoras. Recuerdos de un abogado laboralista / Por Luis Suárez

La lucha de las mujeres trabajadoras. Recuerdos de un abogado laboralista / Por Luis Suárez

Cuando llegué a Alcalá de Henares, en noviembre del 77, para ejercer como abogado laboralista, el primer asunto profesional que me sorprendió fue un escrito de denuncia contra el jefe de personal por abusos sexuales de una cincuentena de trabajadoras de la fábrica de RISI.

En aquellas fechas, para luchar contra las limitaciones de las subidas salariales del llamado “Pactos de la Moncloa”, estaban en huelga las trabajadoras de LIADE, un laboratorio farmacéutico con varios centenares de mujeres. Me acuerdo de sus asambleas, de las intervenciones de una de las líderes, cuyo nombre ya no recuerdo, pero a la que llamaban “piquito de oro”. Era sorprendente su dinamismo.

Cuándo en año 1978 inicie las demandas de amnistía laboral ( procesos de reclamación del reingreso de trabajadores despedidos por la represión franquista) uno de los primeros asuntos fue el proceso de M.C.M., despedida en el año 68 por una huelga de comedores de la fábrica de lavadoras de IBELSA-ZANUSSI.

Después fueron los múltiples procesos de amnistía laboral de las mujeres de TELEFÓNICA obligadas a coger cuando se casaron, la indemnización por dote matrimonial y abandonar el trabajo.

Fue la época en que algunas mujeres debieron luchar contra la denegación por el REGISTRO CIVIL de la recuperación de sus antiguos nombres de LIBERTAD, que la dictadura franquista les cambio por Soledad.

Otro proceso que no podré olvidar fue en el año 79 el despido de A.G., líder sindical de las trabajadoras de FIESTA, que se pasó en la calle 4 años de proceso judicial de despido por liderar la huelga de sus compañeras, hasta que el Tribunal Supremo, impuso su readmisión.

Por aquellas mismas fechas, las 7 jóvenes mujeres del comité de empresa de IBERPACKING exasperaban al gerente sueco, por sus reivindicaciones.

En este orden de cosas no podré olvidarme del largo proceso judicial de un centenar de trabajadoras de AVON COSMETIC, contra la discriminación indirecta salarial con respecto a sus compañeros de sección de producción y empaquetado. Tres veces llegaron al TRIBUNAL CONSTITUCIONAL para combatir su discriminación: en el salario, en la indemnización por despido, en el desempleo. Una victoria de las mujeres de este laboratorio de cosméticos de la multinacional estadounidense que siempre estuvieron discriminadas por la carga pesada de una legislación laboral que primero distinguía en oficios masculinos y femeninos ( ordenanza laboral de químicas de 1946), después en los años 70, lo camufló definiéndolos como oficios principales ( los de hombres) y oficios secundarios ( los de las mujeres) y con la democracia se suprimieron las denominaciones, pero se mantuvieron las diferencias salariales.

Coetáneo fue el largo proceso de otra alcalaína, S.F., sindicalista de la planta de la multinacional farmacéutica, MERCK SAM DOME, que tuvo que acudir por tres veces al Tribunal Constitucional, para encontrar remedio a las represalias discriminatorias en sus funciones y en su salario.

Cómo olvidar el despido de la directora de la GUÍA DEL OCIO, de E. G., por acoso laboral cuando se quedó embarazada de su último hijo.

También me dejó un recuerdo imborrable de la médico de Familia, G. R., interina del INSALUD, que debió esperar 5 años hasta que el Tribunal Constitucional le reconoció la excedencia para el cuidado de su hija menor, por ser interina y que se declaró discriminación indirecta de su hija, hoy ya farmacéutica.

Aquellas antiguas batallas judiciales de ayer son hoy las demandas contra los despidos por embarazo, por maternidad o por reducción de jornada para el cuidado de los menores. Muchas de aquellas mujeres, jóvenes entonces, maduras hoy, son las que le traen por la calle de la amargura al gobierno en actual lucha por el sistema público de pensiones.

En este día 8 de marzo de 2018 de la primera huelga feminista, reflexiono que el inacabado recorrido contra la discriminación de mujer costó mucho esfuerzo a miles de mujeres esforzadas, con algunas de las que he compartido angustias en sus batallas por su dignidad, su trabajo y su igualdad.

! Viva la lucha de la mujer trabajadora!

Luis Suárez. Abogado laboralista.


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