Inmersos en la primera semana de vida de La Luna de Alcalá como plataforma multimedia de comunicación, sus responsables han tenido tiempo de compartir sus inquietudes en las dos emisoras de Alcalá con mayor historia, tradición y, por supuesto, número de oyentes. Tanto Onda Cero como la Cadena Ser han conocido de primera mano cuáles son los fundamentos de este nuevo medio de comunicación que pretende reflejar la realidad alcalaína desde el punto de vista de sus ciudadanos.
Las nuevas herramientas de la comunicación, los nuevos canales y la apuesta de los modelos audiovisuales componen el ramillete de primeras intenciones de La Luna de Alcalá, que como refleja en su texto de presentación pretende interesar mucho más a los ciudadanos que a las instituciones.
Para ello, tanto Javier Barchín, como Óscar Sáez y Raúl Pacheco, caras visibles de este proyecto de comunicación pasaron por las dos emisoras principales de la ciudad. En Onda Cero, la encargada de realizar la entrevista fue Marta García, buque insignia del periodismo complutense y extraordinaria profesional que al frente de esta emisora representa desde muchos años los mejores valores del periodismo: la veracidad, la objetividad y la ecuanimidad. Precisamente una de las intenciones de esta nueva plataforma de comunicación es poner de manifiesto el valor en sí que tiene la información y la comunicación. Onda Cero cuenta con un reconocido equipo de profesionales que ha demostrado a lo largo de los años su valía, con nombres como Alejandro Domínguez al frente de los informativos en la actualidad. Uno de los promotores de La Luna de Alcalá, Raúl Pacheco, pasó por esa escuela hace ya algunos años. También es el caso de otro de ellos, Javier Barchín, Jefe de Informativos de la Cadena Ser durante muchos años. Allí, en la Cadena Ser también ha estado esta semana La Luna de Alcalá en una entrevista realizada por su responsable de informativos Javier Galicia.
Transcurren por tanto los primeros días de vida de La Luna de Alcalá con una acogida muy satisfactoria y la responsabilidad de, al menos, convertirnos en satélite de una ciudad con un montón de cosas buenas por descubrir y por contar.
