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La participación ciudadana es, por fin, un derecho / Por Somos Alcalá

Durante los diez largos años que está durando la crisis económica, con todas sus terribles consecuencias, se han quebrado muchos de los grandes consensos sociales que ayudaron a construir las democracias modernas tal y como se configuran hoy en día. Pero, además, estos diez años han servido para hacer caer muchas vendas de los ojos y puesto de relieve que aún nos quedaban muchos derechos por conquistar. Uno de ellos es el derecho, real y efectivo, a participar en la vida política de la ciudad. No a través de una democracia representativa, cada vez más agotada, sino con un modelo que primara las decisiones colectivas y pusiera a las vecinas y vecinos de las ciudades en el centro.

 

Apostar por este modelo de democracia participativa es un compromiso político de Somos Alcalá, así lo plasmamos en nuestro programa y en así hemos trabajado siempre en el Ayuntamiento. Pero además,  gracias al nuevo Reglamento de Participación, la participación se ha convertido en un derecho. Lo que a efectos prácticos significa que será mucho más difícil revertirlo, arrebatárselo a nuestros vecinos y vecinas, si el compromiso político de los próximos años de las próximas décadas no es el de abrir las instituciones y el de hacer partícipe a la ciudadanía de la toma de decisiones públicas. Algunos partidos han anunciado que, si gobiernan, derogarán este reglamento que hemos construido entre todas y todos. Esperemos que eso no suceda.

 

Sobre todo gracias a este reglamento se cumple con una reivindicación histórica de las asociaciones, colectivos y organizaciones que dinamizan Alcalá de Henares: una herramienta realmente útil, que les sirva de apoyo, soporte y acompañamiento a la inmensa labor que realizan, algunas desde hace décadas.

 

Con el nuevo Reglamento, Alcalá mira por fin hacia el futuro. Un futuro en el que las grandes ciudades tendrán que tomar grandes decisiones, como el papel que van a jugar como punta de lanza del progreso, la forma en la que se desarrollan para hacer compatible la vida con el cuidado del medio ambiente o si van a seguir siendo referentes en la defensa de los derechos humanos. Y para tomar todas esas decisiones hace falta que las asociaciones, colectivos, organizaciones, vecinas y vecinos tengan a su disposición cauces con los que opinar, aportar, confrontar ideas y en definitiva, marcar el rumbo que tome Alcalá en estos y otros temas.

Para Somos Alcalá la crisis de representación que sufren las instituciones sólo se podrá superar cuando la ciudadanía se sienta copartícipe de las políticas públicas y las decisiones sean colectivas. Por eso este reglamento incluye nuevos formatos, como los Consejos de Barrio y amplía la representación de las entidades en los Plenos de las Juntas Municipales de Distrito

Y todo esto lo hemos hecho no desde un despacho, sino empapandonos de la realidad de Alcalá, con sesiones abiertas y participativas, pero sobre todo con el aporte y el empuje de Asociaciones de Vecinos, AMPAS, colectivos, ONG’s, colectivos de todo tipo, vecinas y vecinos. Ellos y ellas han hecho más de 150 propuestas con las que se han redactado 4 versiones diferentes del documento, 30 entidades participaron de manera presencial y otras 13 enviaron sus propuestas; de todas ellas, se han incluido más de dos tercios de las ideas que aportaron, algunas de manera literal y otras con ligeras modificaciones gracias al trabajo para alcanzar consensos. La mayor fortaleza de este reglamento es que lo han fabricado quienes lo utilizarán y le darán vida.

Por todo esto nos resulta muy sorprendente que sea fundamentalmente el PP quien más furibundamente critique el nuevo Reglamento. Nos llena de rabia ver cómo el Partido Popular ha pretendido señalar a los colectivos de la ciudad acusándolos de partidistas, cuando lo único que han hecho ha sido trabajar, de forma altruista y desinteresada, por mejorar la ciudad, para hacerla más democrática y abierta, y precisamente para no depender de relaciones clientelares con ningún partido.

Así mismo nos sorprende que sea el PP quien nos acuse de haber «utilizado» a las entidades cuando durante años hicieron funcionar el área de Participación Ciudadana en base al sistema del palo y la zanahoria intentando comprar la paz social, y poniendo todo tipo de obstáculos y dificultades a colectivos críticos y de movilización social.

A partir de este nuevo Reglamento en Alcalá se equiparan los derechos de todas las organizaciones y también del vecino o vecina que prefiera participar de forma individual. Porque estas personas tienen un único interés (el mismo que deberían tener todos los partidos políticos que dicen representarlas): convertir Alcalá en una ciudad mejor.