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Leal: «No me vendí»

Entrevista con el portero de la RSD Alcalá en la eliminatoria contra el Hércules hace 10 años

Por Saúl Quijada

Hace diez años, el Alcalá estuvo a punto de hacer historia. Se quedó a las puertas de lograr el ascenso a Segunda División en una temporada que la afición siempre recordará. Como recordará el fatídico cruce contra el Hércules en una eliminatoria que generó sospechas extradeportivas. En La Luna de Alcalá hemos hablado con uno de los protagonistas de entonces: el portero Leal, que encajó tres goles. Nadie le acusó públicamente, pero nosotros le hemos preguntado. ¿Se vendió Leal? “No me vendí”, afirma a La Luna de Alcalá en esta entrevista que repasa lo que fue ese final de temporada. “Fallé en el primer gol porque me confío en un balón aéreo y el delantero estuvo más rápido que yo. Es el fallo que más me ha pesado en mi carrera”, asegura.

– ¿Cómo recuerda la temporada 2004/2005?

– Fue la mejor temporada que he vivido como jugador. Se formó un grupo de jugadores muy homogéneo, éramos muy amigos y esa fue la clave que nos hizo llegar hasta el playoff. Todo el mundo no daba un duro por nosotros, pero fuimos muy competitivos y el ambiente fue espectacular.

Ese curso fue el más importante de la historia del Alcalá porque el equipo se clasifica para jugar unos playoff, ¿el vestuario estaba confiado en que había plantilla para quedar en los puestos de arriba?

– No. Nosotros sabíamos que teníamos que jugar por salvar la categoría como objetivo principal. Pero según fue avanzando la temporada nos dimos cuenta de que estábamos en mitad de tabla y a partir de ahí nos planteamos jugar Copa del Rey. Me acuerdo que un día antes de entrenar camino del césped le comenté a Visnjic que estaba convencido de que íbamos a jugar el playoff. Él no le dio importancia y no se lo creía, pero por el calendario que nos quedaba por disputar yo lo veía cerca.

– Se clasifican y la primera ronda es contra la Ponferradina a la que eliminan con un final agónico en la vuelta.

– Éramos conscientes de nuestra solidez como grupo y, de hecho, Diego López y Arbeloa que estaban en el Castilla antes de los partidos nos comentaban que no les gustaba jugar contra el Alcalá por la intensidad que le metíamos a los partidos. Arriba teníamos a Esaú que era muy rápido y siempre que podíamos aprovechábamos esa baza. Recuerdo que los aficionados de la Ponferradina tuvieron una falta de respeto enorme porque cuando llegamos a la ciudad se pensaban que nos meterían diez tras el empate en El Val, pero fuimos mejores que ellos. Marcó Esaú en el tiempo de descuento y luego ellos fallaron un penalti inexistente porque es la primera vez que un choque entre un portero que sale a por el balón y un delantero es penalti. No tenía sentido pero al final juegas contra el rival y con 10.000 personas más.

– Una vez eliminada la Ponferradina el siguiente obstáculo es el Hércules. En la ida con El Val completamente lleno el equipo pierde 1-3, ¿cómo fue el partido?

– Yo lo recuerdo con muy mala leche. Es el día en que más confiado estaba en que las cosas saldrían bien y nos íbamos a llevar el partido pero fue todo lo contrario. Fallé en el primer gol porque me confío en un balón aéreo y el delantero estuvo más rápido que yo. Es el fallo que más me ha pesado en mi carrera. Durante el partido estuve atenazado, no me salían las cosas a partir de ese momento. Me pesó muchísimo por la gente, porque veías la cara de ilusión y sufrí mucho por ellos. Seguí jugando pero ya nada fue igual. En el segundo gol, que fue una falta directa, estaba convencido de que me la iba a parar porque además conocía como ejecutaban el balón parado pero el balón fue al otro palo por la escuadra y no me lo esperaba. Nos pusimos 1-2, Pellicer tuvo el empate en sus botas y en la siguiente jugada nos marcaron el tercero y se acabó el partido. Pensé mucho en ese fallo y fue un motivo importante porque el decidí dejar el fútbol años después.

– ¿Qué le dijeron en el vestuario?

– Nadie me dijo nada, pero yo sabía que había fallado y que mucha culpa del resultado fue mía. Si no hubiese cometido ese error la historia podría haber sido diferente.

– En el choque de vuelta Visnjic le deja fuera y pone a Ballesteros en la portería. ¿Cree que tuvo algo que ver tu actuación la ida?

– Sinceramente a mí me sentó mal esa decisión porque era mi única oportunidad de resarcirme de mi error en la ida. No tengo que reprochar nada porque fue su decisión y ya está.

– ¿Analizó con los compañeros la eliminatoria?

– Son cosas que no hace falta hablar. Luego nos hemos visto en alguna ocasión pero nunca hemos hablado de la eliminatoria. Desde ese día me pesa mucho haber fallado a la afición, al míster y a los compañeros. La temporada fue de diez y el único pero que se puede poner fue el mío.

– Hay quien sospecha de su actuación. ¿Se vendió?

– No. Leal se levanta todos los días a las siete para ir a trabajar, tengo el mismo coche que tenía entonces y una hipoteca que pagar como todo el mundo. Gonzalo y Pellicer nos advirtieron de que existía la posibilidad de que nos llamaran y nos intentaran comprar. El mérito de ese vestuario es que nos decíamos las cosas a la cara y todos confiábamos en el compañero de al lado. Sé que persona del vestuario extendió el rumor de que me había vendido, pero tengo la conciencia tranquila. No hubo nada.

– ¿Leal fue leal al Alcalá?

– Claro.

– ¿Por qué hay quien le acusa de haberse vendido si, como cuentas, fue un error deportivo?

– Es así. Esto es fútbol y es un negocio. Me da mucha pena haber fallado a gente como Visnjic o Higes que apostaron por mí pero ese fallo me ha marcado para siempre.

– ¿Le duele que muchos aficionados tengan esa sensación?

– Es que no es así, pero que cada uno piense lo que quiera.

– ¿Qué les diría a los seguidores del Alcalá?

– Que no desconfíen. Es el sitio donde mejor he estado y mejor me lo he pasado. Imagino que cuando las cosas del entorno se organicen todo volverá a su sitio.

– De todos tus años como futbolista, ¿es la temporada que recuerdas con más cariño?

– Probablemente sí. Pasé muchos años en Getafe, en Burgos pero aquí en el Alcalá fue distinto porque jugaba encantado y me encontré muy a gusto.

– ¿Le ofrecieron seguir en el club?

Nadie se sentó conmigo a hablar. Quizá por la desilusión del playoff no nos vimos y decidí marcharme el Alcorcón.

– ¿Tiene algún reproche hacia la directiva?

Ninguno porque creo que en la vida no sirve de nada reprochar nada a nadie.

– ¿Qué ha significado para usted el Alcalá?

Los mejores años de mi vida. Deportivamente lo más feliz que he vivido.