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Lucía Megías, el hombre verdaderamente culto

Lucía Megías, el hombre verdaderamente culto

Los perfiles de la Luna: José Manuel Lucía Megías

Afortunadamente al abrir la información suministrada por el Ayuntamiento de Alcalá en su página web de los componentes de la Comisión Ejecutiva para la conmemoración del IV Centenario de la muerte de Cervantes, que tuvo lugar en la Secretaría de Estado de Cultura, nos encontramos con la imagen del siempre complutense José Manuel Lucía Megías.

Lucía ha generado algunos de los proyectos más concienzudos de cuantos se han dado cita en Alcalá

Se trata de una foto en la que estaba el alcalde, Javier Rodríguez, y en la que también estaba, en calidad de asesor, José Manuel Lucía Megías, un lujo para Alcalá y un Cervantista moderno, si así se nos permite la definición.

El alcalde de Alcalá, Javier Rodríguez, en el centro de la imagen, y José Manuel Megías, al fondo a la derecha

El alcalde de Alcalá, Javier Rodríguez, en el centro de la imagen, y José Manuel Megías, al fondo a la derecha

Estamos hablando del hombre verdaderamente culto de nuestro entorno y de nuestra ciudad; un hombre que ha colaborado con todas las instituciones y que con los medios ha tenido también un especial protagonismo. Y es que este catedrático de Filología Románica, multidisciplinar, excelente poeta, enorme comisario de exposiciones y presidente de la Asociación de Cervantista ha destacado sobre manera por su labor al frente de la coordinación del Centro de Estudios Cervantinos durante años, donde se ha realizado por cierto una extraordinaria labor cervantina, lejos del coleccionismo provinciano. No podía estar mejor acompañado el alcalde en esta comisión.

El hombre verdaderamente culto ha nadado bastante bien entre las administraciones y su tono afable, sumado a su talento natural, ha generado algunos de los proyectos más serios y concienzudos de cuantos se han dado cita en Alcalá. Hay expectación por saber si el señor Lucía Megías se volcará con el año cervantino en Alcalá, desde Alcalá y para Alcalá. Y también de su intelectualidad y su cervantismo. Todo un lujo que no admite sucedáneos.