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Mi España particular de Edgar Neville

Mi España particular de Edgar Neville

Alcalá Paraíso Literario

Edgar Neville, nacido en el Madrid de finales del siglo XIX (1899), fue un escritor, autor teatral, director de cine, guionista, todo ello de profesión y gastrónomo por afición. Convertido, por derecho propio, en uno de los más destacados representantes, junto a Mihura, Jardiel Poncela, “Tono” y López Rubio, de la denominada Otra Generación del 27, no la de los poetas, sino ‹‹la de los “renovadores” –los creadores más bien- del humor contemporáneo››, en palabras de Pedro Laín Entralgo, supo disfrutar como nadie de los “placeres de la vida, especialmente la comida y bebida, así como las actividades de ocio y sociedad”,  definición que da  el diccionario, hasta ser un bon Vivant.

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No es mi intención contarles su carrera cinematográfica o teatral, tampoco hacerles un repaso de su producción literaria, solo quiero hablarles de una de sus obras Mi España particular, obra que lo trajo hasta nuestra ciudad.

Corría el año 1956 cuando Edgar Neville viajaba hasta Londres para darse un capricho y comprarse un Aston Marín, el que se convertiría en uno de sus coches más querido. Y que mejor forma de hacerle el rodaje que recorrer la Península de Norte A Sur y de Este a Oeste. La experiencia debió ser grata, como podemos comprobar en la “guía arbitraria  de los caminos turísticos y gastronómicos de España” con la que nos obsequió después de su largo viaje. Bajo el título de mi España particular, Neville, con su inconfundible sentido del humor, y al margen de lo políticamente correcto, hará un repaso muy personal de los lugares histórico-artísticos, que a su entender nadie debía perderse para disfrutar de nuestro país. Pero, además de alimentar el espíritu, es importante que también lo haga el cuerpo y así recomendaba dónde comer, dónde dormir, dándonos las claves socioculturales de cada una de las regiones que conforman la “Piel de Toro”.

La guía la publicó Taurus en el año 1957 y desde entonces no se había vuelto a publicar hasta que de nuevo lo hizo, en el año 2011,  Reino de Cordelia incluyendo un magnifico prólogo de Fernando Rodríguez Lafuente.

Mi españa particular edgar neville

Pues bien, en el capítulo dedicado a “Los alrededores de Madrid”, Neville incluye la visita a Alcalá de Henares. Recomienda hacer una escapada a nuestra ciudad, aunque solo sea para almorzar:

Madrid es una de las plataformas, para conocer Castilla, porque desde la plataforma de Madrid visitamos Aranjuez, Toledo, El Escorial, Alcalá de Henares y, si fuera preciso, por no haber tiempo para más, Ávila, Segovia y la Granja. Yo prefiero dejar la Segovia como segunda plataforma de Castilla. y por eso solo aconsejo visitarla dese Madrid, cuando no hay tiempo para más.

Alcalá de Henares está a veinticinco kilómetros por una carretera espléndida, la carretera que luego sigue hasta Barcelona. Vale la pena hacer una escapada, aunque solo sea a la hora de almorzar. Se da una vuelta por esa ciudad, que, a pesar de estar tan cerca de Madrid, tiene un sabor de provincia lejana; se admira la fachada de la Universidad y se almuerza en la Hostería del Estudiante, servido por unas camareras más bien gordas, vestidas no sabemos por qué, de negro, y se suele hacer un almuerzo muy suntuoso, en el que el plato principal es los huevos fritos con magras, chorizo frito y migas. Este es un plato toledano con el que desayunan lo mismo los pastores que los monteros a primeras horas de la mañana, antes de echarse al monte, y es algo verdaderamente exquisito, dentro de una cocina fuerte.

Esta Hostería del Estudiante da al patio de la Universidad y al aula donde estudiaron tantos hombres eminentes de la inteligencia española, pero ya poco más que ver nos ofrece esta simpática ciudad. Así es que el turista podrá volver a Madrid a tiempo de emplear su tarde en otras labores o en otras visitas”. (Neville 2001, 47-50)

Todo apunto, a tenor de sus comentarios y también por la recomendación que hace al final del libro, en “Lista de hoteles y restaurantes elegantes o típicos que hemos recomendado por estar seguro de ellos”, que la comida en “La Hostería” fue de su agrado. Así, en el “TRAYECTO IV. BARCELONA-MADRID”, solo da cuatro referencias, entre ellas la de este restaurante que, desde el año 1929 hasta la actualidad, sigue siendo uno de nuestros principales referentes gastronómicos:

FRAGA.- Restaurante junto al puente

ZARAGOZA.- Gran Hotel y Goya

MONASTERIO DE PIEDRA.

MEDINACELÍ.-Albergue

ALCALÁ DE HENARES.- Mesón del Estudiante (Neville 2011, 180-81)

Encontramos una última referencia a Alcalá cuando, al hablarnos de la ruta de vuelta de Barcelona a Madrid, desde Medinacelí, nos da varias alternativas:

Si queremos ir directamente a Madrid ya nos queda un paseo y llegaremos a la capital por Guadalajara y por Alcalá de Henares, del que hemos hablado en otro capítulo Pero si nos corre prisa podemos dar un rodeo y visitar una de las partes más desconocidas de Castilla, que son las tierras de Soria. (Neville 2011, 101)

Sin duda alguna, Alcalá de Henares ha cambiado mucho en los sesenta años que separan la visita de Neville a nuestros días. Hoy nuestra ciudad, gracias al trabajo de muchos alcalaínos, ofrece una rica oferta turístico-gastronómica, y es necesario mucho más de medio día para disfrutar de toda ella. Este año se cumplirán los primeros veinte años desde que la Unesco incluyera a nuestro Casco Histórico y el Recinto Universitario en la lista de Patrimonio Mundial, pero así eran las cosas entonces y así nos las contó Edgar Neville.

Por Bartolomé González Jiménez

BIBLIOGRAFÍA:

Neville, Edgar. 2011. Mi España particular. Madrid: Reino de Cordelia