Conocemos los principales rituales amorosos y hechizos que hacían los romanos. Todo por intentan conseguir a un ser amado o echar mal de ojo a quien ya no queremos o no nos quiere. Lo hacemos de la mano de MOS RELIGIOSUS en Complutum, la Ciudad Romana de Alcalá de Henares.
¡Ay! el amor, bendito y maldito amor. A veces correspondido y otras muchas no…es ahí donde entra el mundo de los hechizos y las supersticiones. Sí. Porque si hoy podemos hacer cualquier cosa si alguien no le da algún like a un foto en redes sociales, imagínense los romanos, si se enamoraban de alguien no correspondido. O al más, ¿y si se enamoraban o encaprichaban de alguien con pareja? ¿y si era de otro estrato social? El mundo romano tenía sus leyes amorosas y rituales particulares para intentar conseguir ese amor sea como fuere.
Había maldiciones de todos los tipos: al amante o al amado, a todos. Algunas de esas maldiciones se escribían en tablillas y se clavaban para atar bien la maldición. Hay noticias de alguna encontrada en Pompeya y otras aún existentes que se clavaban en la puerta de la casa para que la persona supiera que le habían echado mal de ojo.
Y es que, aunque el vudú es una religión originaria de África Occidental, y actualmente sigue siendo practicada por miembros de diferentes etnias, ya los romanos tenían muñecos que pinchaban en diferente partes para maldecir a las personas. Mucho más por San Valentín.
Por cierto, ni que decir tiene la presencia de penes o falos de diferentes culturas. Desde los egipcios a los griegos y, por supuesto, con los romanos. Amuletos en el cuello o como arte decorativo para proteger la especie o para llamar a la fertilidad.
Lo mejor es ver el VÍDEO para saber más. Nos lo ha contado Marco Almansa Fernández, Doctor en Historia y miembro de Mos Religiosvs, Recreación Histórica Romana Religiosa. Además, desde un lugar mágico: Complutum, la antigua ciudad romana de Alcalá de Henares donde esta semana se ha presentado el libro «Oscura Roma» de Luis Manuel López Román. Dale al Play!
Fe de errores: En el vídeo hay una errata. En lugar de Marco Álamo se trata de Marco Almansa Fernández, del grupo Mos Religiosvs.