Se dice que esta Capilla del Oidor recibe su nombre porque don Pedro Díaz de Toledo quiso para sí un panteón aquí. Era el Oidor de Juan II de Castilla. Es decir escuchaba en nombre del rey a las partes de un pleito con el que los afectados no estaban de acuerdo. Y vaya si hoy tendría audiencias. Entre otras causas por la pila bautismal que esta semana protagoniza nuestra foto con alma.
Hasta el siglo XIX no apareció la partida de bautismo de Miguel de Cervantes que confirmaba que nació en Alcalá, donde vivían sus padres y donde también nacieron sus hermanos. Y esta pila fue “la pila”. Pero decíamos que de seguir existiendo el Oidor hubiera tenido que mediar. Y es que Alcázar de San Juan, Ciudad Real, asegura, también partida de bautismo en mano, que nació allí. Sin embargo los estudios de Luis Astrana Marín, fundador de la Sociedad Cervantina, no han podido ser rebatidos: Miguel de Cervantes Saavedra nació y vivió en Alcalá de Henares.
Así, como cada 9 de octubre, volveremos a engrosar la procesión cívica durante la que se traslada su partida de bautismo desde el Ayuntamiento hasta la Capilla del Oidor. Y junto a esta pila, donde don Rodrigo de Cervantes inclinó la cabeza de su hijo Miguel para que recibiera las “aguas de cristianar”, quedará expuesto el legajo original ante el que el Oidor no hubiera tenido ninguna duda. El resto del año, por cierto, se muestra una reproducción de la partida junto con los tesoros que expone el centro de interpretación de los Universos de Cervantes. Un universo que se hace fiesta en esta Semana Cervantina en la que, gustosos, ya estamos inmersos.
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