Clavado, en el centro de la plaza, otea el horizonte buscando el mar de lonas y telas de colores. Cierra los ojos e inspira todo el aire que puede por si capta aquellos deliciosos aromas. Nada. Así que aprieta aún más los párpados esperando volver a oir aquel bullicio único de músicos, vendedores, compradores y paseantes. Cada año le hacen la misma fiesta, pero nunca se cansa. Tal vez porque le recuerda a su niñez. Solo que ahora dedican toda una semana en su honor. Semana Cervantina lo llaman.
Cuando era pequeño el mercado también se celebraba aquí, en los soportales de la plaza, que por algo era la Plaza del Mercado. Pero no era tan grande como el de esta semana pasada. Sí tan ruidoso, pero menos divertido. Desde el pedestal alguna vez ha escuchado que es el mercado medieval más grande de España y Europa. Y claro, se hace un lío porque en la Edad Media no era el más grande y éste, en realidad, no es medieval sino inspirado en el Siglo de Oro… Cuando se sientan a sus pies escucha que ningún otro ocupa todo un casco histórico, desde la Universidad hasta el Palacio Arzobispal, todo el centro. Mucho antes de que naciera el mercado estaba en las afueras. Después, con la Universidad, la plaza ya era el centro de Alcalá. Llegó incluso a acoger corridas de toros. Pero como epicentro complutense aquí se celebraban y se siguen celebrando las fiestas más importantes, como las que recuerdan su bautizo.
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