Decir que Cervantes es el alcalaíno más ilustre resulta poco más que evidente. Este complutense universal ha dado fama y reconocimiento a la ciudad desde hace siglos. De hecho, durante muchos lustros, resultaba difícil escapar de la sombra del brillante escritor. No obstante, en los últimos años, ha nacido en Alcalá una apuesta fuerte por la cultura y por artistas que tienen mucho que decir.
Es fácil —siempre que uno observe atentamente— ver la labor que puntos como La Librería de Javier, Diógenes o Notting Hill están haciendo en pro de la literatura, con tertulias, presentaciones o lecturas poéticas (entre otras cosas). No solo eso, bares y cafeterías como Whelan’s, La Bienvenida, San Diego Coffee Corner o el ya desaparecido (muy a nuestro pesar) El Laboratorio, así como muchos otros que se me quedan en el virtual tintero, han dado cabida a eventos culturales entre sus paredes fomentando ese ambiente cultural, más alternativo y alejado de la corriente mayoritaria, que la ciudad lleva años pidiendo.
Mención aparte merece —y muchas líneas habría que dedicarle— La Posada de Hojalata, dirigida por el talentoso autor —reciente premio Ciudad de Barbastro de Novela Breve—David Vicente, y en el que desde hace años se realizan todo tipo de cursos artísticos para jóvenes y adultos, desde poesía, a teatro, relato breve o incluso ajedrez. Seguro que será cuna de grandes artistas y doy fe de ello.
En el marco de este creciente ambiente cultural nació hace un año y medio, a caballo entre Alcalá y Guadalajara, Inventa Editores, una editorial con vocación artística y dos columnas principales sobre las que sostenerse: apoyar a nuevos creadores y apostar por la cultura de nuestra región. En este tiempo han sido ya unas cuantas las obras que con Inventa han visto la luz, publicando, principalmente, autores del Corredor del Henares y Guadalajara. Entre los muchos autores, algunos han sido alumnos de La Posada de Hojalata —e incluso Inventa ha tenido la suerte de publicar al propio David Vicente—. También han pasado por sus páginas autores como Carlos Mazarío, profesor en un instituto de Alcalá y a quien le ha sido otorgado el premio Fractal de Poesía; el poeta infantil Enrique Cordero Seva; o el gran Malagón, conocidísimo ilustrador y activista gráfico cuyas satíricas viñetas han formado parte de grandes publicaciones como “El Jueves”, “El Mundo” o el portal de noticias de Yahoo.
Decir que en Alcalá existe vida después de Cervantes resulta hoy en día más evidente. Poco a poco se van dando cabida iniciativas que contribuyen al crecimiento cultural de la ciudad. Tenemos grandes creadores en multitud de disciplinas artísticas (danza, teatro, ilustración, música,…) en incluso autores polivalentes con multitud de galardones como el propio Juan Manuel Muñoz Aguirre. No me gustaría dejar de recordar también a todo un premio Hiperión de poesía, don Francisco José Martínez Morán, y su labor para fomentar la literatura y la poesía realizando talleres literarios o coordinando (entre otras muchas cosas) el Ciclo de Poesía en el Corral. No queda más sino que agradecer a todas aquellas personas y negocios que apostáis por la cultura, también a la Universidad de Alcalá, al Ayuntamiento y sobre todo a aquellas personas con inquietudes que siempre buscan ir un paso más allá y dar oportunidades a aquellos que, no por ser menos conocidos, se las merecen menos. Gracias a todos.