la Luna del Henares: 24 horas de información

Trabajo y tecnología / por José Luis Cuesta

Trabajo y tecnología  /  por José Luis Cuesta

Al igual que es inaplazable nuestro comportamiento y formas de consumo para parar el cambio climático que estamos sufriendo, también es inaplazable otro reto, el de posicionarnos correctamente como país frente a los brutales cambios que se van a dar en el ámbito laboral.

De todos es conocido que las tasas de paro son decrecientes en base al nivel de formación de las personas que buscan empleo. En la siguiente tabla se observa este hecho para el 2º trimestre de este mismo año.

Tampoco, a nadie se nos oculta que la tecnología en todos los ámbitos de nuestras vidas está cada día más presente y lo va a seguir estando de forma exponencial. Nos rodean todo tipo de artilugios basados en la tecnología, de lo más reciente y conocidos los drones y en breve veremos coches volando.

¿Qué significa esto? Pues algo muy sencillo y a la vez muy complicado: que quienes no tengan la formación tecnológica que los empleos van a demandar en poco tiempo, se van a quedar fuera del mundo laboral. Es decir, serán analfabetos tecnológicos. Y ya hemos visto en la tabla anterior sus consecuencias.

Alguien puede estar pensando que a ellos esto no les va a afectar, ya que ocupan puestos de trabajo alejados en la actualidad de la tecnología. Craso error. Solamente hay que ver como ya existen locutores robot en las televisiones, periodistas robot que redactan noticias, camareros robot, etc. etc.

Desde hace años la tecnología (entendida de forma abierta) ha eliminado millones de puestos en la industria, que estaban bien pagados y que parecían un trabajo seguro. Ya en estos momentos, a medida que avanza la tecnología, sus repercusiones están alcanzando a personas que ocupan puestos de mayor nivel en las empresas, no solamente a los operarios. Es decir, la tecnología está llegando a los puestos de los trabajadores no manuales y la automatización está sustituyendo también el trabajo intelectual.

“Xavier Sala i Martín, de la Universidad de Columbia, dice que la principal recomendación a sus alumnos es siempre la misma: si quieres un buen futuro profesional, aprende a hacer un trabajo que no pueda hacer una máquina. El pensamiento creativo, la concepción de mejores formas de hacer las cosas y las capacidades interpersonales son tareas que los ordenadores todavía no son capaces de aprender”.

Si como parece, en menos de una década se van a crear más de 150 millones de empleos basados en diferentes materias relacionadas con la tecnología, aún se está a tiempo para que quienes en la actualidad ocupan puestos que con seguridad van a desaparecer empiecen a pensar en adquirir nuevos conocimientos relacionados con las diferentes tecnologías (como pueden ser diseño, programación o robótica) y otros como la capacidad de poder entrenar e instruir a otras personas, la habilidad de identificar patrones para conectar personas y promover la colaboración entre hombre y máquina o la destreza para cuidar y ayudar a mejorar la salud y el bienestar de las personas. El reto parece difícil, pero más duro será quedarse en el paro, a una edad temprana, por no afrontar la realidad.

Y para los niños y adolescentes (futuros empleados), las administraciones públicas tienen que empezar seriamente a reconocer la realidad que nos espera y poner en marcha planes de estudios diferentes a los que ahora tenemos o pasaremos a ser un país de “analfabetos tecnológicos” con lo que ello implicará.