la Luna del Henares: 24 horas de información

Trastornos de la conducta alimentaria en el deporte / Por Clara de la Cruz Scopa

Trastornos de la conducta alimentaria en el deporte / Por Clara de la Cruz Scopa

¿Sabes qué son los Trastornos de la Conducta Alimentaria y qué relación tienen con el deporte? Queremos dar a conocer esta enfermedad, poder identificar las conductas asociadas y saber el porqué existe una relación con el ejercicio físico.

Los trastornos de la conducta alimentaria son enfermedades mentales severas que perjudican a multitud de personas en todo el mundo. Este tipo de trastorno puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, sexo, raza y/o estatus social, sin embargo, se observa una mayor incidencia durante la adolescencia y en las mujeres.

Tipos de Trastornos de la Conducta Alimentaria

Esta enfermedad está clasificada en diferentes subtipos, dependiendo de las conductas manifestadas por el paciente:

  • Anorexia nerviosa: caracterizada por conductas restrictivas, miedo a la ganancia de peso y extrema preocupación por la imagen corporal.
  • Bulimia nerviosa: caracterizada por episodios recurrentes de atracón junto con una posterior conducta compensatoria.
  • Trastorno por atracón: la persona lleva a cabo episodios recurrentes de atracón (ingestas de comida elevadas, en un tiempo reducido y con sensación de pérdida de control y posterior culpa). Se diferencia de la bulimia por no existir una posterior conducta compensatoria.
  • Trastorno evitativo de la ingesta alimentaria: caracterizado por la disminución del interés por la comida o la evitación de la misma debido a una emoción asociada a ella. Por ejemplo, miedo a atragantarse.

¿Cómo sé si tengo un trastorno de la Conducta Alimentaria?:

A continuación, te mostramos una serie de conductas que pueden ayudarte a identificar el trastorno:

  • Niego estar haciendo una dieta restrictiva.
  • He cambiado mis hábitos alimentarios.
  • Rechazo mis señales de hambre.
  • Oculto mis cambios de peso bajo ropa ancha.
  • Ha aumentado mi interés por la comida (cocinar para otras personas, buscar recetas por internet…).
  • He reducido mis porciones y/o como más despacio.
  • Evito comer con otras personas.
  • Han aumentado mis comportamientos obsesivos (rituales, limpieza excesiva…).
  • He comenzado a aislarme socialmente y/o mi estado de ánimo es bajo.
  • Hago más ejercicio y/o no me permito saltarme la rutina diaria.

¿Por qué aparecen los trastornos de la Conducta Alimentaria?

Parece que hay grandes discrepancias sobre el origen de los Trastornos de la Conducta Alimentaria. Aparentemente no existe una única causa. Los últimos estudios en el ámbito biológico indican que hay multitud de factores influyentes fuera del control consciente y/o voluntario de la persona que padece este tipo de trastorno. Sin embargo, la evolución de la enfermedad favorece a una red de sistemas biológicos.

Habitualmente, esta enfermedad se manifiesta durante la adolescencia. Debido a ello, el padecerla podría suponer para la persona la interrupción de su proceso normal de desarrollo.

A nivel genético, no existe gran evidencia que demuestre la relación entre los genes y las conductas alimenticias patológicas, pero, a nivel cognitivo, se ha observado una relación entre las emociones y los pensamientos obsesivos en relación a la comida.

Para continuar, se ha podido observar que las personas con un trastorno de la conducta alimentaria manifiestan una alteración química a nivel cerebral. Los receptores de serotonina y dopamina se muestran reducidos durante el proceso de la enfermedad y la posterior recuperación.

¿Qué relación existe entre los Trastornos de la Conducta Alimentaria y el deporte?

Todos sabemos que el practicar de forma continuada deporte es beneficioso para nosotros en multitud de aspectos, tales como el aumento de nuestra condición física, el refuerzo de la autoestima, la disminución del estrés…pero, por otro lado, el ambiente competitivo en el cual se encuentran muchos deportistas puede acarrear consecuencias adversas, generando trastornos de la conducta alimentaria.

Diversos autores han plasmado en sus estudios la relación causal que existe entre el deporte y los trastornos de la conducta alimentaria a través de dos visiones: la primera cree que el ejercicio físico, debido a sus exigencias en relación a la alimentación, aumenta los trastornos alimenticios y, la segunda, observa esta enfermedad como el resultado de la hiperactividad y el perfeccionismo.

La mayoría de las investigaciones han concluido que la prevalencia de Trastornos de la Conducta Alimentaria en el mundo del deporte es superior a la encontrada en la población general, especialmente en aquellas especialidades en las cuales tiene gran importancia la apariencia física, como por ejemplo en el ballet o la gimnasia.

Factores que influyen

Los factores que influyen a la hora de padecer esta enfermedad son múltiples y diferentes. Algunos de ellos son:

La especialidad deportiva: se ha observado una mayor incidencia de este tipo de trastornos en determinados deportes en los cuales se les da una importancia significativa a aspectos como el peso, la masa muscular…

Presión social: en la sociedad en la que vivimos se exige uno cánon de bellez el cual se basa en el bajo peso corporal, por lo que, hay una alta repercusión en ciertas personas y especialmente en la etapa de la adolescencia, con el objetivo de conseguir un físico específico, pero, ¿cuál es el precio a pagar para alcanzar esos cánones de belleza?. El camino elegido para obtener dichos resultados, muchas veces son a través de dietas restrictivas, ejercicio excesivo y/o movimientos compulsivos, conductas compensatorias, uso de fármacos…y otros comportamientos altamente perjudiciales para la salud.

El reglamento: en relación a lo anterior, este puede llegar a ser un factor de alta influencia en el deportista a la hora de comportarse en relación a su alimentación, debido a que, en ciertas especialidades, los jueces valoran la apariencia, la impresión visual que genera el deportista, se establecen unos límites de peso…

La presión de compañeros de equipo: las comparaciones entre los miembros del club, el nivel de competitividad que se viva en los entrenamientos, los comentarios sobre el físico…son aspectos que pueden acarrear consecuencias negativas en el deportista.

El número de entrenamientos y la carga de los mismos: diversos autores han aplicado en sus estudios la hipótesis de que, a medida que aumenta el movimiento, disminuye el apetito, la cual, podría ser uno de los factores a tener en cuenta.

La restricción alimentaria: existen infinidad de deportes en los cuales se exige al atleta llevar a cabo una dieta restrictiva, en la que, el deportista debe tener en cuenta los macronutrientes, las calorías, el tipo de alimento que ingiere, la existencia de alimentos prohibidos, la demonización de algún grupo de alimento o la sobreingesta de otros…

La subcultura asociada a la especialidad deportiva: ¿cuál es el ámbiente que rodea a los deportistas? ¿hay aceptación corporal? ¿se observa gordofobia?

Características psicológicas del deportista: baja autoestima, distorsión de la imagen corporal, historia de vida, alto nivel de autoexigencia y/o perfeccionismo…

Las lesiones: las cuales pueden llegar a ser un punto de inflexión en la carrera del deportista. ¿Qué puede llegar a suponer?: frustración, impotencia, cambios corporales, disminución de la masa muscular, modificiación de la ingesta calórica…multitud de aspectos que pueden llegar a ser factores de riesgo.

El nivel de exigencia en las sesiones de entrenamiento: varios estudios han hablado sobre la manera en la cual va a influir las características del entrenador. Es importante evitar ese perfil altamente autoritario, con comunicación agresiva, con alto nivel de exigencia…

Las conductas del entrenador: los comportamientos del técnico tendrán una gran influencia en el deportista porque es la figura referente para el atleta, por lo que, sus opiniones supondrán un gran valor. Por ello, es muy importante el identificar aquellas conductas que pueden llegar a ser perjudiciales para nuestro equipo, como por ejemplo, el hecho de hacer comentarios sobre el físico de los atletas, el asociar las derrotas al peso o los éxitos al bajo índice de grasa corporal o al aumento de masa muscular, evitar las comparaciones entre miembros del equipo, no juzgar la forma en la que comen…

Perfil del deportista que padece un Trastorno de la Conducta Alimentaria

¿Cómo es el atleta que padece esta enfermedad? ¿cuáles son las características más comunes?

  • Se ha observado una mayor incidencia en
  • Mayor número de casos durante la
  • Los deportistas de élite tienen más riesgo de paceder un trastorno de la conducta alimentaria frente a los que compiten en niveles inferiores.

¿Cuáles son los deportes con mayor riesgo de sufrir un Trastorno de la Conducta Alimentaria?

Se ha observado, que existe una diferencia en la incidencia de esta enfermedad dependiendo del deporte que se practica. Las especialidades con mayor riesgo de sufrir un trastorno de la conducta alimentaria son:

  • Deportes con categorías de peso: en estos casos, tu peso determina la categoría en la cual compites, como ocurre en el boxeo o el powerlifting.
  • Deportes donde se valora el bajo peso: permitiendo un mayor rendimiento, velocidad y/o agilidad, como sucede por ejemplo en los atletas de remo.
  • Deportes de resistencia: en estas especialidades, a menor porcentaje de grasa mayor rendimiento, como es el caso de las maratones o carreras de fondo.
  • Deportes con un elevado nivel de perfeccionismo: en el ballet, la gimnasia o la natación sincronizada, donde se busca la perfección y se valora la apariencia física.

¿De qué manera podemos prevenir los Trastornos de la Conducta Alimentaria en el ámbito deportivo?

El objetivo principal para prevenir los trastornos de la conducta alimentaria en el ámbito deportivo consistirá en cambiar las creencias y comportamientos perjudiciales o de riesgo de los atletas y su ambiente (control del peso, exigencias en cuanto el rendimiento deportivo…).

Será de gran importancia que los programas de prevención perduren en el tiempo, debido a que los beneficios deberán evaluarse a largo plazo. La efectividad de los mismos aumentará si se realizan en edades tempranas.

Además, un trabajo multidisciplinar, en el cual haya cooperación entre psicólogos, entrenadores, nutricionistas…tendrá un efecto positivo en la prevención.

Respecto a los entrenadores, sería interesante desarrollar conocimientos en relación a herramientas para la resolución de conflictos, habilidades sociales, aplicación de valores como la tolerancia y el respeto entre los miembros del equipo…además de, enseñar técnicas para poder detectar a tiempo conductas de riesgo.

Será de gran importancia que el entrenador al detectar un signo de alarma se haga la siguiente pregunta:

“¿Qué factores están fomentando que haya aumentado en mi atleta la preocupación por el peso y la alimentación?”.

A modo resumen, para prevenir el riesgo de padecer un trastorno de la conducta alimentaria, habrá que tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Evitar comentarios respecto al peso del deportista.
  • Fomentar los hábitos Realizando las conductas saludables desde el autocuidado.
  • Modificación de conductas y creencias irracionales sobre la alimentación, el físico y el ejercicio.
  • Trabajar los valores y fortalezas del deportista. Es importante cambiar el foco de atención. ¿Por qué en vez de hacer hincapié en los aspectos negativos de nuestros atletas no reforzamos y trabajamos sobre los positivos?.
  • Identificar las habilidades de afrontamiento del deportista.
  • Aumentar las herramientas para detectar los signos de alarma. Este aspecto es de gran importancia para poder identificar cuanto antes todas aquellas conductas de riesgo que existan en el deportista.
  • Disminuir las presiones y exigencias por parte de los padres y entrenadores.
  • Trabajar la autoestima, la aceptación corporal y la gestión de las emociones.
  • Fomentar la confianza entre el atleta y el entrenador. Es importante que el deportista encuentre en su entrenador una figura de apoyo, en la cual pueda confiar y expresar lo que piensa y lo que siente. El vínculo entre ambos, debe estar caracterizado por el respeto, la empatía, la escucha, la confianza y la tolerancia.

Los programas deberán ser totalmente individualizados y adaptados a cada especialidad deportiva, teniendo en cuenta las necesidades y requerimientos específicos del deporte en el que se aplica la intervención. Por ello, será necesario el poder realizar una evaluación inicial, en la cual se valoren los aspectos a trabajar, se identifiquen los objetivos y se diseñe un plan de acción.

¿De qué dependerá el éxito de los programas de prevención?

El éxito de los programas de prevención estará determinado por la disminución del número de deportistas diagnosticados con trastorno de la conducta alimentaria, para alcanzarlo, será necesaria realizar la combinación de dos tipos de programas preventivos, uno de prevención primaria, evitando la aparición de nuevos casos de trastornos de la conducta alimentaria, y otro de prevención secundaria, aplicando el tratamiento necesario en aquellos pacientes ya diagnosticados.

En conclusión, es de gran relevancia el poder realizar un tratamiento preventivo, en el cual seámos capaces como profesionales deportivos de detectar las necesidades, intereses y preocupaciones de nuestros atletas, teniendo como objetivo principal el prevenir que se agraven los comportamientos asociados a un trastorno de la conducta alimentaria.

 

“Hagamos del deporte un lugar seguro, en el cual alcancemos nuestros objetivos y vivámos nuestros logros de la mano del bienestar”.

 

Clara de la Cruz Scopa es sicóloga sanitaria (www.claradelacruz.com) / claradelacruzscopa@gmail.com