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Un mal día para Alcalá / Por Óscar Sáez

Un mal día para Alcalá / Por Óscar Sáez

Por Óscar Sáez

Diario de Alcalá cierra sus puertas, una pésima noticia, no para los medios de comunicación en general, sino una mala noticia para Alcalá; las puertas de la que fue casa de decenas de profesionales que comenzaron allí o crecieron en su redacción y que pusieron su granito de arena para hacer de este medio un periódico de referencia en la ciudad. Casi cinco lustros que han servido para ayudar a estructurar una Alcalá que necesita, entre otras cosas, de los medios de comunicación para mantener la conciencia de ciudad, un espíritu perdido.

Y ya no es que el Diario, con sus aciertos y errores, haya sido para mí todo un máster de periodismo, donde podías aprender de la inteligencia de Juan Andrés Alba, el arrojo de África Lafita, la personalidad de Sonia Romero, la convicción de Israel Montejo, el olfato de Antonio Naranjo, la creación caótica de Xavier Colás, el compañerismo de Ismael Labrador, el coraje de María Jesús Corrales, el optimismo de Javier de Antonio, el irónico ojo fotográfico de Fernando Villar, la creatividad de Cristina Martínez, la serenidad de Betiana Baglietto, la alegría de Dani Sánchez, el tesón de Fernando Escudero, la reinvención de Iván Espínola, la constancia de Ángeles Torres o la ilusión de los que empiezan como Emilio Sánchez y Saúl Quijada. Y por supuesto, de Pedro Pérez Hinojos, el periodista al que está ciudad le debe una calle –o un Premio Cervantes- por todo lo que ha aportado con sus textos, su talento y su bonhomía. Todos ellos, todos sus artículos, todos sus escritos durante 25 años, forman parte de la historia escrita viva de una ciudad que hace unos tremendos esfuerzos por salir de la insignificancia y a la que le cuesta salir del ombliguismo garrapiñado.

Con su cierre, no sólo se nos va parte de lo que fuimos y parte de lo que nos hizo ser lo que somos, sino que Alcalá pierde un elemento estructurador en una ciudad desestructurada. La existencia de medios como Diario de Alcalá o Puerta de Madrid es más importante que su línea editorial, más que sus contenidos meramente informativos. Son un foro de encuentro de alcalaínos, son pequeñas historias diarias de la Historia de Alcalá.

El resto de los medios de comunicación tenemos ese reto: dar sentido a una ciudad con un 20% de paro, con un 30% de fracaso escolar y 40.000 vecinos que vienen de otros países que buscan un acomodo en esta ciudad. Medios de comunicación de la ciudad, que hablen de Alcalá, que expliquen Alcalá, que visibilicen Alcalá, que den sentido a Alcalá y que unan a los alcalaínos por una causa común: su ciudad… Por eso, hoy, Alcalá es un poco más mediocre.