Una profesora de la Universidad de Alcalá (UAH) visibiliza a las mujeres de la Bauhaus

Una profesora de la Universidad de Alcalá (UAH) visibiliza a las mujeres de la Bauhaus

La profesora de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Alcalá, Josenia Hervás, ha dedicado buena parte de su carrera al estudio de las mujeres que pasaron por la desaparecida escuela alemana Bauhaus y su trabajo está recogido en el libro Las mujeres de la Bauhaus: de lo bidimensional al espacio total.

La Bauhaus fue una escuela de arquitectura, diseño, artesanía y arte muy novedosa para la época en que se fundó, 1919, justo cuando Alemania pierde la Primera Guerra Mundial y se crea la República de Weimar, periodo en el que, por primera vez, las mujeres pueden votar y decidir en qué centro educativo matricularse, porque hasta la fecha solo podían ser alumnas oyentes invitadas, sin posibilidad de obtener un diploma acreditativo.

La escuela experimental que unía técnica, arte y artesanía fue creada por el arquitecto Walter Gropius, y por primera vez, existe una paridad entre los alumnos matriculados: 84 mujeres y 79 hombres. Su trayectoria se puede dividir en tres fases: la primera construcción histórica en Weimar, la segunda (más tranquila) en Dessau, y la tercera en la cosmopolita Berlín, donde cambió por completo la orientación de su programa de enseñanza, pero desapareció con la llegada del nazismo.

Aparentemente parece la escuela ideal, pero ‘el problema es que, cuando algo se feminiza, parece que pierde su valor. Entonces, el director y el Consejo de Maestros decidieron, ante la masiva entrada inicial de mujeres que, sólo las alumnas de extraordinario talento podrían ser admitidas paulatinamente en los siguientes exámenes de ingreso para que no se convirtiera en una escuela de señoritas, además, a las alumnas se las recomendaba asistir al taller textil, algo bidimensional, que limitó su acceso al estudio de la arquitectura, el espacio total, de ahí el título del libro’ explica Josenia.

Muchas de las alumnas de la Bauhaus destacaron en el taller de tejidos, en el de metalistería, pintura mural, alfarería y carpintería, pero ¿salió de estas aulas alguna arquitecta? Esa ha sido la pregunta que despertó en la profesora Hervás su curiosidad por investigar. La respuesta es que, en todos esos años, solo 5 mujeres lograron graduarse, una de ellas como arquitecta de interiores.

Tras confirmar la existencia de estas mujeres, la profesora centró su tesis doctoral en ellas, algo que desarrolló en sucesivos pero discontinuos periodos a causa de la maternidad. En 2014 ve la luz la tesis El camino hacia la arquitectura: las mujeres de la Bauhaus, con la que Josenia obtiene el grado de Doctora en Arquitectura, resultando finalista en la X Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo en 2016 y, a partir de una síntesis de la tesis, la editorial Destino de Buenos Aires publica al año siguiente el libro Las Mujeres de la Bauhaus: de lo bidimensional al espacio total, una referencia en la revisión de la Historia de la Arquitectura con la incorporación de las mujeres hasta ahora invisibilizadas que sitúan a la profesora como una experta en el tema. Además, su obra Los inicios de la Bauhaus. Weimar 1919, ha sido finalista en la categoría artículos de investigación de la Muestra de Investigación de la XV Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo en 2021.

En sus obras, Josenia desgrana quiénes fueron estas cinco mujeres y profundiza en tres de ellas, escogidas de las promociones de cada sede de la escuela: Friedl Dicker que, ya en la época de Weimar soñaba con construir casas junto con a compañero, pero al tener ascendencia judía, murió gaseada en 1944 en Auschwitz; Wera Meyer-Waldeck que trabajó durante toda la época nazi al frente de la red de ferrocarriles y también trabajó para la red de autopistas como arquitecta.

Tras la guerra participó en la reconstrucción de multitud de edificios como el Parlamento Federal de Bonn y, hasta su muerte en 1964, trabajó en su propio estudio de arquitectura. Su último proyecto, que nunca vio la luz, era una residencia para chicas estudiantes que irían conduciendo su propio coche y, por último, Annemarie Wilke, que participó con profesores de la escuela en algunas exposiciones y trabajó fundamentalmente para su marido, fundador de la Maschinenfabrik auf der Teerhofinsel. Tras el divorcio de éste terminará de dependienta en la sección de mobiliario de unos grandes almacenes en Múnich.

Otra que a la que se le pierde la pista y otra que emigra a Estados Unidos y que construyó una vivienda junto con otro compañero y mereció una publicación en la revista Life. Aunque ellas sí lograron graduarse, hay muchas mujeres que estudiaron en la Bauhaus y que, a pesar de no obtener el título, ejercieron su profesión como Lotte Beese que no se gradúa, entre otras cosas porque se quedó embarazada del segundo director de Bauhaus, pero en Róterdam participó en la reconstrucción y creación de nuevos barrios tras la Segunda Guerra Mundial. También Josenia ha investigado el caso de Lotte Gerson, quien no se diplomó porque en las actas alegaron que, aunque había presentado todos los trabajos en plazo, estos no eran de calidad.

‘Hemos hablado de las arquitectas, pero de las aulas de la Bauhaus también salieron ingenieras industriales. Hubo mujeres como Marianne Brandt que diseñaron lámparas o menaje de cocina’ explica Josenia, quien da a conocer a sus alumnos en la escuela de Alcalá ‘no solo el trabajo de estas arquitectas, sino también el papel de las mujeres urbanistas’.