En nuestra ciudad, Alcalá de Henares, declarada Patrimonio de la Humanidad, a sus responsables urbanistas a la hora de actuar, algunas cosas se les olvidan.
Queremos comentar algunos detalles que, a nuestro parecer, se deberían tener en cuenta al hacer remodelaciones en la ciudad, en especial en el casco antiguo.
En otras ciudades y, también en algunos pueblos, cuando una calle va a ser levantada por los motivos que sean, se habla con las empresas privadas que gestionan los servicios, por si tienen que modificar sus instalaciones: agua, desagües, gas, redes de comunicación… con objeto de aprovechar la obra para meter bajo suelo sus instalaciones, por cuenta de dichas empresas.
En los últimos meses se han levantado totalmente diversas calles del centro de Alcalá. Al pasear ahora por ellas, nuestra sorpresa ha sido ver la cantidad de cables de energía, de teléfono, de fibra óptica, de antenas, etc. que han quedado adosados a las paredes: unos bien sujetos, otros no tanto, otros hechos un lío… En fin, dando un espectáculo muy desagradable a la vista, cuando podrían haber quedado bajo el suelo al hacer la obra. Entendemos que el espectáculo que dan dichos cables no es digno de una Ciudad Patrimonio, título del que tanto presumen nuestras autoridades.
Si en estas cosas, como en otras muchas, se les pidiera opinión a los vecinos, a lo mejor no pasaban estos desaguisados, pero claro, ¡cómo un político se va a rebajar a preguntar a los ciudadanos cómo quiere que hagamos esto o lo otro! Nos resulta muy costoso hablar con los responsables políticos y técnicos, sobre todo en nuestra ciudad. Lo tenemos más que comprobado.
Por si ustedes no se han dado cuenta, fíjense al pasear en las paredes de esas calles que han sido levantadas (totalmente) en los últimos meses. A ver qué les parece.
Si miramos la Carta Europea de Salvaguarda de los Derechos Humanos en la Ciudad, documento que firmó en su día este Ayuntamiento, vemos que numerosos artículos se les “ha olvidado” cumplir, como por ejemplo el artículo XIX, que dice:
1.Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a un desarrollo urbanístico ordenado que asegure una relación armoniosa entre el hábitat, los servicios públicos, los equipamientos, los espacios verdes y las estructuras destinadas a los usos colectivos.
2.Las autoridades municipales ejecutan, con la participación de los ciudadanos y ciudadanas, una planificación y una gestión urbanas que logran el equilibrio entre el urbanismo y el medio ambiente.
Según nuestro criterio, ninguno de los dos puntos se ha cumplido.
La UNESCO nos dice: cuando dañas el patrimonio nos dañas a todos.
Junta directiva de la asociación vecinal ‘El Val’