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Zahara: «Mis canciones son un poco extremas y creo que ahí está la gracia»

FOTOS: FRAN GUARDIA

Por Saúl Quijada

Se considera santa, es de Úbeda y escribe canciones desde los doce años. Así es Zahara, una de las artistas más originales y polivalentes de la música en español. Este viernes aterriza en The Green Irish Pub, en Alcalá para interpretar el disco de “Santa” y hacer disfrutar al público complutense con un show celestial, divino y místico.

-Santa pero la entrevista la hacemos en una cafetería…

– Llevas razón. Lo mejor habría sido quedar en la parroquia que hay en la otra calle.

– ¿Cuáles han sido sus experiencias más santas?

– Todas. Pero tengo que decir que soy demasiado buena y nunca he dado problemas.

– Leyó el Nuevo Testamento para inspirarse, ¿había muchas historias rockeras?

– Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento están llenos de historias fabulosas. Es alucinante la literatura tan maravillosa y salvaje que hay. Al final, pensándolo bien, he constatado ideas que tenía muy integradas en el cabeza.

– Supongo que no iría contando que estaba leyendo el Nuevo Testamento.

– No. Fue un estudio privado del que nadie podía saber nada.

– Aparte de la influencia religiosa qué otras cosas ha mirado o escuchado con atención a la hora de componer el disco.

– A mí lo que más me inspira y me gusta son las bandas sonoras y las películas. Me resulta muy atractivo el lenguaje narrativo de las películas y ver cómo se crean historias. Escucho con atención muchas bandas sonoras porque creo que lo interesante es tener influencias más allá de tu estilo para poder beber de otras fuentes. Influencias parecidas a mi estilo salen frecuentemente por los conciertos a los que voy o por la música que pongo en mi casa. Hablando de pelis; veo unas 20 al mes y la mitad las consumo en el cine. Es mi único vicio porque no bebo, no fumo y no salgo de copas, así que me marcho dos veces por semana al cine y me gasto el dinero. El mejor momento de una película es cuando sales de la sala y tu cabeza empieza a darle vueltas a las cosas que has visto y crea unos espacios y unos ambientes que quieres reproducir.

zahara

Zahara / Foto Fran Guardia

– Ya que hablamos de cine, ¿las historias que ves por la calle te sirven pata componer?

– La realidad es el punto de partido. Lo primero para escribir es vivir algo y empezar a escribir textos para que luego se conviertan en canciones. No es algo que vea inmediatamente sino que las ideas me vienen de recuerdos. Hay veces que sueño que he hecho una letra o una melodía increíble y cuando me despierto no hay nada. Me paso mucho cuando estoy en la cama en los momentos previos al sueño y a veces se me ocurren cosas. Al final por mi bien, me levanto y grabo porque si no fuese así a la mañana siguiente no tendría nada.

– ¿Cuándo empieza a escribir canciones?

– Muy pronto, con doce años. Yo escribía poemas enumerando cosas sin ninguna pretensión de hablar de nada en concreto. Mi primera letra fue; una palabra que cuenta mentiras, una mirada con tempestad. Para tener doce años era algo valioso. Cuando la hice se la cante a mis padres para justificar mi falta de estudio y lo que ocurrió es que mis padres se emocionaron mucho y les encantó. Me descolocó y me di cuenta de que las canciones servían para transmitir sentimientos. Seguí escribiendo y la segunda canción se titulaba Ella y hablaba sobre mi madre. Eran historias cotidianas y cercanas.

“He tenido la suerte de entender cómo funciona este negocio y siempre he dado un paso hacia delante y dos atrás”

 

– ¿Qué buscaba cuando decide cantar?

– La satisfacción que me producía. Cuando cantaba, la gente se emocionaba y enseguida tenía ganas de repetir. A día de hoy salgo al escenario y es una mezcla de sorpresa y emoción. Intento que el público se vaya satisfecho y pueda cumplir sus expectativas. Cuando lleno dos días la sala But pienso que se han hecho bien las cosas y a fuego lento.

– ¿Cómo vive el cambio de tocar en centros sociales a llenar dos días en Madrid?

– Ha sido todo muy paulatino. He tenido la suerte de entender cómo funciona este negocio y siempre he dado un paso hacia delante y dos atrás. Conocer todos los mecanismos de la música ha sido una experiencia muy positiva porque me ha servido para hacer una buena mili.

– ¿Qué canción de toda su carrera es la que representa su estado emocional?

– Todas y ninguna. Mis canciones son un poco extremas y creo que ahí está la gracia de la canción. Yo no vivo las cosas como las cuento pero hay que dar mucha información en los versos. Para conseguir provocar una emoción hay que simplificar, ir al grano o magnificar. Ni estoy tan cabreada como en Rey de Reyes ni me lo paso pipa como en Caída Libre. En el disco hay un abanico amplio de emociones.

“Lo que más me inspira y me gusta son las bandas sonoras y las películas. Me resulta muy atractivo el lenguaje”

– ¿La que más le ha costado escupir?

– La que menos ha sido Interior Noches que salió del tirón y escribí la letra en una tarde. Yo compongo de dos maneras; o me posee algo y escribo o completo el puzle, es decir, termino una idea que me ronda la cabeza. Una que me costó porque no le encontraba el punto era Hágase tu Voluntad. No ha cambiado mucho la letra pero armónicamente si ha sufrido muchos cambios. A nivel emocional me costó escupir El Frío porque aunque la tuviese no quería sacarla.

– A menudo, las canciones más bonitas hablan de quien menos lo merece. ¿Canta mucho a lo que ha perdido?

– Esto lo escribí en relación a Interior Noche porque habla de una persona que no se merece que le escriba la canción. Mira, cuando compuse Con las Ganas todo el mundo estaba impactado. Se la envié al chico que me había inspirado y me contestó con un “está muy bien”. Le hice un temazo y me correspondió así…

– ¿Se ha enemistado con algunas canciones?

– Con las Ganas. Ahora no la toco por la distancia y porque es una canción que hay que cantarla con un grado de emoción superior al resto. La gente quiere que llore y yo lo entiendo, porque es lo que les he vendido pero tienen que entender que no puedo parar el buen rollo del concierto para cantarla.

– ¿Dónde se encuentra la mejoría de las canciones?

– Yo creo que donde más he crecido es en las melodías. Supongo que tendrá que ver con lo que te comentaba de las bandas sonoras pero me gustan mis melodías más que nunca. Con los años me he dado cuenta de que la esencia de la canción es la melodía porque la gente es lo que retiene y lo que silba por la calle.

– ¿Las ideas componen canciones o los títulos componen canciones?

– Todo lo que sea fijar es una manera de delimitar y eso es cohibir. Por tanto, la composición empieza desde la emoción. Tengo ideas melódicas y lo que ocurre es que encajan con las letras. No lo fuerzo, yo lo considero milagro. Mi cerebro une cosas y el día adecuado me avisa para hacer la canción. El título suele ser lo último o surge cuando la letra está muy avanzada porque si veo de lo que tengo que hablar no puedo componer.

– El disco está muy bien cuidado, ¿hasta dónde llega su grado de perfección?

En la composición no hay reglas y las canciones salen como tienen que salir, pero fuera de ese ámbito hay un trabajo meticuloso de encajar piezas. Nombre, formato, vídeo, estética…Son muchas horas de pensar y al final sirve de contrapunto al trabajo anárquico que supone escribir canciones. Lo fácil son las canciones porque es lo que nos sale de forma fácil a los músicos.

– ¿Qué verso resume mejor la ideal del disco?

– Es difícil. Creo que lo mejor define todo el disco es; las canciones más bonitas hablan de quien menos lo merece.