Javier Barchín (*)
Alcalá está endeudada hasta las cejas, pero no está muerta, como algunos quieren hacernos creer. Y mucho menos los alcalaínos y alcalaínas; aunque tenemos que convivir con una tasa del 27% de paro, con las constantes vitales bien jodidas, con un elevado fracaso escolar, con una evidente falta de conciencia social alcalaína… pero respirando y aprendiendo a luchar contra las adversidades. Y si no, que se lo digan a los cientos de zombies que este fin de semana salieron a la calle y resucitaron para esta ciudad que tanto queremos y odiamos a la vez. Alcalá está viva, y los muertos vivientes de la V Marcha Zombie nos han enseñado que si la ciudadanía se une, se puede vivir y respirar mucho mejor.
Como dice mi amigo Óscar, desde luego que puede parecer ‘algo friki’ valorar el estado de una ciudad como Alcalá por un evento como la V Marcha Zombie celebrada por las calles del centro. Pero es que son pocas las ocasiones en las que diferentes colectivos y asociaciones se unen sin el paraguas, el control y parapeto del Ayuntamiento o de la Universidad; y además se organizan y desarrollan una actividad más que destacada, reuniendo a varios cientos de participantes, animando y creando algo para el resto de la ciudad. Y mientras, la Administración local buscando instrumentos de participación ciudadana, e intentando -en otras ocasiones- instrumentalizar esa participación, buscando resortes, animando, y hasta justificándose con eso de que ‘esta sociedad está muy parada, muy acomodada’…
Bueno pues resulta que la ciudadanía sí que sabe participar, y además hasta se sabe organizar sola sin el apoyo administrativo. La participación ciudadana se puede y se debe fomentar, pero no se puede imponer: ¿vale de algo abrir las Juntas de Distrito a los ciudadanos/as, si su margen de maniobra es inexistente porque no hay presupuestos para llevar a cabo sus propuestas? ¿Sabemos acercar las Juntas de Distrito y los órganos de participación a la ciudadanía? O igual no nos interesa demasiado porque nos va a dar más problemas… Otra reflexión: ¿Sirve de algo una programación municipal de actividades en las que en muchas ocasiones se excluye casi por completo a los colectivos y asociaciones que consiguen generar esa ‘imagen de marca’ de ciudad que tanto necesitamos?
Y luego vienen las inevitables comparaciones, claro: la inversión económica necesaria para desarrollar actividades para la ciudadanía, pero al margen de la ciudadanía, ahora que el dinero en la administración pública brilla por su ausencia, o por su mal reparto, mejor dicho. Y mientras ese fantástico Don Juan 2015 se encerraba en la Huerta del Obispo, la V Marcha Zombie salía de su cementerio para llenar de vida y de diversión las calles del centro de Alcalá.
La clave, saber compaginar lo uno y lo otro, saber incluir, saber hacer ciudad y crear esa ‘marca Alcalá’ que tanto necesitamos. Al tiempo.
*Javier Barchín es periodista