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¡A tus órdenes canija! / Por Anabel Poveda

¡A tus órdenes canija! / Por Anabel Poveda

Dice un conocido refrán que «hasta San Antón Pascuas son», en clara referencia a la fecha tope para felicitar el año. A mí se me ha ido el santo al cielo y os lo felicito con un mes de retraso porque soy fan del «más vale tarde que nunca».

Me he decidido a romper mi silencio porque el otro día una amiga me preguntó a qué se debía este abandono del blog y mi respuesta le pareció una excusa barata.

Le comenté que últimamente mi vida es tan monótona que no da ni para medio renglón, y no se le ocurrió otra cosa que invitarme a narrar mi día de la marmota… eso es una fan y lo demás son tonterías.

También me ha espetado mi jefa, que dice que, si yo solita me he metido en el embolao de contar mi vida por fascículos, y no tengo peripecias dignas de culebrón… que me las invente o haga un regreso al pasado.

Como veréis, dos peticiones del oyente se merecen que me caliente la neurona un ratejo porque, como buena artista, me debo a mi público.

Haciendo un repaso de los últimos dos meses, si quito quince días de bronquitis mortal, navidades tranquilas y cuesta de enero… ¡Qué me queda señores!, ¡Qué me queda!

Inspírate Anita, venga que tú puedes… pues no hay duda, mi gurú espiritual, mi guía, mi inspiración, mi motivación y mi ama, hoy, es mi sobrina.

Estaba tardando ya en daros la barrila con Náyade, pero es que os tengo que poner al día porque la canija ya tiene casi 19 meses y como me descuide se saca el máster por mí.

¡Qué lista es la tía! Me tiene anonadada… sus padres dicen que la estoy malcriando porque soy lo más parecido a una esclava. Sus palabras son órdenes para mí, o debería decir más bien su palabra, porque ha decidido que hablar está sobrevalorado y solo dice NO. Eso sí, puede decir no una media de 500 veces al día, de forma tajante, con tono cortante, con voz dubitativa o convirtiendo la n en ñ en una especie de «ñoñoñoñoñoñooooo».

no

El día que me diga sí a algo no sé qué voy a hacer… me voy a quedar paralizada de la emoción. Ahora mismo, en esta etapa de negación, prefiero no hacerle preguntas profundas como ¿quieres a la tita? Porque ya me ha pasado más de una vez que he salido escaldada… y si a mí la niña me dice que no me quiere me da un parraque, un chungo, un jamacuco, un tabardillo o todo junto.

Ya me la jugué el otro día diciéndole ¿me quedo a bañarte? Y claro… fue tan firme que me tuve que ir a mi casa con las orejas gachas. Luego se arrepiente pero en el momento te mete el hachazo.

Menos mal que intercala la negación con besitos, abrazos, cosquillitas y coletas, porque de momento si se parece a mí en algo es en lo coquetuela y mimosona que es.

Tan mimosa que veo ramalazos incipientes de «drama queen». Es un poco actriz la jodía niña… y por lo que hemos podido comprobar, tiene una facilidad para llorar en falso, que puede hacer carrera en cualquier teleserie de mediodía.

sonrisas

La confirmación llegó la noche de fin de año cuando, con el fin de entretenerla hasta las uvas, me dediqué a ponerle canciones en Youtube. Y aquí la menda lerenda, que es fiel devota de Julie Andrews en cualquiera de sus personajes icónicos, no tuvo otra ocurrencia que elegir la canción del «Adiós» de Sonrisas y Lágrimas. Cuál fue mi sorpresa cuando al final, cuando le toca cantar a la más pequeña de la familia Von Trapp, mi sobrina empezó a hacer pucheros y a poner cara de pena hasta que rompió a llorar. Mi reacción fue parar la música, pero la canija tenía otros planes y me empezó a pedir que se la pusiera de nuevo, haciendo el gesto de despedida con la mano, imitando la coreografía de la canción.

Desde ese día tengo un conflicto. Cada vez que la veo me pide claramente el «Adiós, farewell, Auf Wiedersehen, Goodnight» pero si accedo y se lo pongo, en un punto exacto de la canción, monta el drama. Eso sí, con las lágrimas por la cara y los mocos colganderos del disgusto te sigue pidiendo que se la pongas otra vez. No sabemos si es muy sentida o una pequeña masoca. Hasta que lleguemos a descubrirlo, sus padres me han amenazado con retirarme la custodia de tía si la sigo torturando con ese tipo de canciones. Inocentes que son los pobres, que no se imaginan que la cosa no ha hecho más que empezar. Deseando estoy empezar a ponerle en bucle la banda sonora de Mary Poppins.

¡Supercalifragilisticuespialidoso aunque suene extravagante, raro y espantoso!